Poco más se puede pedir a una barbera

Rubí con ribete rojizo y capa media-alta.
No muy intenso en nariz y algo cerrado en el inicio con notas un tanto reductivas que poco a poco se disipan con el aire. Flor seca, frutas rojas en licor, especias, tabaco de pipa, cueros y unos ligeros apuntes animales. Sin ser un monstruo de complejidad se expresa con clase.
En boca tiene ese punto tan italiano que siempre nos gusta, acidez marcada, estructura, vino vivo y meramente gastronómico, con un final largo y balanceado que nos deja recuerdos especiados y de frutas licorosas, con un tanino perfectamente integrado en el conjunto.
Lo cierto es que muy poco más se le puede a una barbera, variedad que obviamente no tiene las características de la nebbiolo, pero teniendo en cuenta que detrás de este vino está la familia Gaja y la gran calidad del año 71 en la zona, el final resultado es más que satisfactorio. Muy bueno.

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