Otra añada, que creo que mejora. Sigue siendo un vino fácil de beber, con unos aromas impresionantes y es rico al paladar. Color rojo picota, brillante. En nariz muy expresivo, con aromas, en primer lugar a cuero y posteriormente a frutas rojas y tostados. En boca es rico, entra muy bien, es sedoso y con buena estructura. Es fresco y agradable. Un buen aterrizaje en Rioja de estas afamadas bodegas.

Complicado en primer lugar por las críticas negativas que ha recibido creo que no del todo justas y porque proviene de una "joint venture" de dos de las bodegas más afamadas del mundo.
En nariz me parece elegantísimo. Un vino que aunque moderno en su concepción, se muestra serio, austero y que efectivamente puede ser que no describa perfectamente su lugar de origen. Pero conozco unos cuantos tintos riojanos de nuevo cuño mucho más caros y elaborados por mediáticos productores con más de 95 puntos Parker peor medidos y sin ninguna personalidad.
Y en la boca, aunque también encontramos corpulencia y alcohol, hay un abanico definido y noble. Dejémosle envejecer, dejemos que la bodega emprenda su camino y hablemos dentro de unos años. Me encanta recordar una anécdota que no viví en persona pero que me han contado (no daré datos): cata ciega en un gran restaurante del norte de España, talibanes del vino clásico, el sumiller les saca un tinto con años de una zona que a priori no les encanta, la mayoría de ellos cree que se trata de una referencia de culto y se equivocan. Como dice una de las personas que conozco y que más sabe dentro de este mundo: "los bebemos demasiado jóvenes".