Bebido en restaurante. Dos primeras botellas magníficas. La tercera salió

Bebido en restaurante. Dos primeras botellas magníficas. La tercera salió con olor a corcho y tuvo que ser retirada. Un blanco que gustó a todo el mundo en la mesa, estuviera o no iniciado. En nariz destacaba por sus claras notas de frutos secos, que inducen a pensar que este vino tiene una generosa cantidad de buen Chardonnay (aunque a Pedro Aibar no le gusta hablar de varietales en sus ";vinos de autor";). También algo de notas herbáceas y ahumados. Paso de boca muy equilibrado, con buena acidez. Ha evolucionado estupendamente en botella, dejando muy buena impresión. Una alegria descubrir blancos españoles que crecen en botella y que muestran ese equilibrio.

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