Rojo fresa de buena intensidad, limpio y brillante.
Nariz de intensidad media, muy frutal, fruta madura, fresas, sobretodo fresa, en todas sus versiones, en fruta, en chuches y en yogur (nota láctica), algo floral, bien.
En boca es fresco, sabroso, gustoso, de equilibrada acidez, recuerdo frutal, trago medio, goloso, rico. No cansa de beber.

Vino que no falla, gustoso, goloso, fresco y frutal, ideal para acompañar infinidad de platos. Le venimos siguiendo la pista desde varias añadas atrás y cada año mantiene el tipo, incluso mejorando. ¿Y que precio? No sé si habrá en el mercado un precio tan competitivo para un vino que ofrece este disfrute, por lo menos para mi, 2,80 €.

Catado infinidad de veces desde la primavera pasada, última botella catada el sábado 21 de febrero.

Responde al perfil "clásico" de los últimos tiempos. Vistoso color frambuesa con ligeros destellos azulados. Aroma potente y goloso de fruta roja muy madura, unas fresas que rayan la confitura y el pirulí de feria. En boca entra fresco y con una pequeña astringencia, bendición esto para su paso untuoso de más, deja un postgusto abocado y es que cuenta con un retorno ácido que lo mide de alguna manera.
Parece quedar fuera de la onda actual, y en estos casos cuando el resultado es así de rico lo que hay que hacer es perseverar.

Este rosado siguen encantándome cada día más: su nariz perfumada, su toque goloso, esa fruta tan rica esos toques florales.

Perfecto para el verano o para acompañar el aperitivo.

Un excelente "fondo de bodega"

Visualmente llama la atención por su imagen, cuanto menos original y desde luego capta toda mi atención.
Su color rosado y brillante me hace ver que posiblemente sea un vino goloso. Y lo es. En boca aparecen frutas rojas como la fresa, cerezas e incluso moras o frambuesas. Tiene un nota ácida que me recuerda a la naranja.

Fue escogido para acompañar un arroz al horno, cumplió con su objetivo, aunque quizás me faltó un poco más de intensidad para que potenciara todos los sabores del plato.

Gracias a Cachina me aventuré a probar este vino que adquirí en Alcampo.

Qué decir que es un vino de trago muy fácil, goloso, que te permite maridarlo con multitud de platos y tapas "ligeras" y quesos.

Visualmente color fresa, intenso, potente, limpio y muy brillante. Llama la atención por su color y por su botella

En nariz aparecen fresas sobre todo, fruta roja, balsámicos e incluso un toque mineral (a piedra de río mojada)

En boca es de paso suave, con una acidez increíblemente agradable, joven, desenfadado (como han comentado con este vino en otras añadas). Los frutos rojos, las chuches (muy levente una vez alcanza un poco de temperatura) y cítricos aparecen y hacen de cada trago un momento agradable.

Increíble este vino rosadito. Para cargar a palets!!!!!

Gracias Cachina!!!!!!!!!!