Rico y fragante, es de un aroma seco, sin estridencias, como recuerdos. Hay fruta blanca madura, con un acento almibarado, sientes las lías, hueso y piel de ciruela claudia, ligero aspecto cremoso, hierba fresca. Al tiempo gira hacia la fruta de hueso y a la hierba seca.

La boca es sedosa, melosa, de un dulce sin serlo, es untuoso, graso, ensalivas. La acidez algo tapada, se maneja en el fondo, con jugosidad, ensalivas y rechupeteas. Sin duda, es un vino que gusta, me marca una impronta diferente y peculiar. Al tiempo el vino en la boca da calor, se torna grato e intenso, gana en volumen, dentro de su delicadeza.

Pajizo brillante y ribete verdoso. Nariz media, muy agradable de primeras. Fruta blanca, pera madura, almíbares, punto avainillado, hinojos, y algo de galleta tostada. Buena frescura. Aparece algo de pomelo maduro.
Boca bien estructurada, frutal, con una acidez persistente, cítrica. Envolvente, dando algo de almíbares. Final con un puntito tostado.

Me he llevado una muy grata sorpresa con este vino, de características muy especiales, fruto de la ubicación de las viñas, en un terreno silíceo-calcáreo y el singular coupage de uvas de las variedades Viognier, Petit Manseng y Roussanne. Además, pienso que este tipo de vinos ganan muchísimo con un año de crianza en botella.

A la vista se presenta con un color amarillo pálido, brillante y nítido. En nariz, inicialmente está un poco cerrado pero, con algo de oxigenación, aparecen muy buenos aromas de fruta blanca (pera y plátano), melocotón, flor blanca (azahar), heno fresco y algún punto cítrico. En boca es largo, bastante graso y untuoso, redondo, fresco y con un retronasal muy frutal (pomelo, mango). Producción de 12000 botellas en la añada 2012.