Poco menos de medio año después abro la penúltima y no hay gran variación respecto de las anteriores.
Necesita 45 minutos en copa para empezar la fiesta aromática, y a partir de entonces evoluciona deliciosamente añadiendo matices de cacaos, especias (nuez moscada), humo y notas florales a la ciruela compotada, fruta negra y monte bajo iniciales.
En boca sedoso, redondo y muy largo, con un cierto amargor que no estropea la experiencia sino que acompaña el retrogusto frutal. Acidez a la baja pero todavía presente.
La última que me queda la voy a dejar dos o tres años a ver si evoluciona o si ya llegó a su tope.
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