Marqués del Romeral Gran Reserva 1962
Marqués del Romeral Gran Reserva 1962
FICHA TÉCNICA
Bodega
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Varietales:
50% tempranillo, 35% garnacha, 15% mazuelo
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 30 a 49,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.16
/
96
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
9,3
ELABORACIÓN
Permanece durante 24 meses en grandes depósitos de madera en los que finaliza la fermentación maloláctica y reposa para estabilizarse antes de ser trasegado. Sometido a crianza durante 60 meses en barricas usadas de roble americano de 225 litros con una edad media de 12 años. Embotellado en febrero de 1970. Un mínimo de 60 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
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Opiniones de Marqués del Romeral Gran Reserva
OPINIONES
3

Hoy vamos con uno de esos vinos que nos provocan palpitaciones. Tres días en posición vertical, tres días babeantes de larga espera pero al final todo llega. Estamos ante un gran reserva riojano de la añada tapada de 1.962 que tan buenos caldos nos ha proporcionado. La botella tiene un nivel de líquido bajo, unos 4 cms por debajo del corcho. Utilizamos el abridor de lamas y sacamos el tapón de una, sin problemas, eso sí, tintado al 100% de su longitud. Dejamos la botella abierta por espacio de dos horas y media (al principio asomaban fuertes aromas rancios) y procedimos con su valoración a 17°C.

VISUAL: Espectacular su color, rojo picota de capa muy alta con el ribete en tonos atejados. Se presenta cristalino, brillante y limpio, sin presencia de lágrima. Increíble aspecto (99).

OLFATIVA: A copa parada encontramos intensos aromas a guindas en licor y de fruta negra en compota (mermelada de ciruelas). Al agitar el líquido asoman especiados de fenogreco, clavo y pimienta negra, así como herbáceos de té negro, fúngicos trufados y unos sutiles toques de flor marchita. Al rato aparecen notas balsámicas de regaliz y eucalipto mentolado, intensas y concentradas... pero es que es un no parar... ahora con fragancias viejunas, a naftalina, polvorilla, armario cerrado con recuerdos terciarios de cuero viejo, caja de puros y unos delicados toques de ebanistería fina de gran elegancia. Alucinante en nariz, de una complejidad asombrosa y manteniendo una intensidad media-alta 150 minutos después... (95). Por cierto, del tufo rancio ni rastro.

GUSTATIVA: En boca es asombroso, que joyita amigos. Con un cuerpo brutal, carnoso, de alta acidez y muy amplio. Los taninos como Dios manda, de menos a más, aportando tremendo carácter al vino. En vía retronasal encontramos fúngicos intensos, notas acompotadas y toques especiados (pimienta negra). El paso por boca sabrosote, vino carnoso, corpulento, con mucho sabor, aterciopelado de inicio para tornarse seco sorbo tras sorbo. Con un post-gusto elegantísimo, en donde asoma la fruta madura, los especiados y las notas balsámicas de eucalipto para dar paso a unos exquisitos apuntes amaderados perfectamente ensamblados con la fruta. Nos deja boquiabiertos con su persistencia, parece que nunca vaya a desaparecer en boca, cuatro minutos y diez segundos de absoluto deleite. Otro vinazo riojano del 62 que nos hace disfrutar como niños, qué gozada que estos vinos se mantengan así. La verdad es que su color lo presagiaba todo... algo increíble, 58 años y manteniéndose limpio, brillante y de capa alta... Recordaremos esta botella mucho tiempo y lo mejor... nos queda otra!! ): (97).

La RCP fue excelente. En 2014 compramos dos botellas por 15 euros cada una...

MARIDAJE: Nos lo tomamos en varios ágapes. Primero con unos suculentos filetes de res cuencana a la plancha. Después acompañó unos frijolitos con costilla de cerdo y nos lo terminamos con un surtido de queso curado, jamón y embutidos ibéricos. Maravilloso en las tres ocasiones pero destacaremos el maridaje con el jamón y los embutidos, vino corpulento y sabrosote para lidiar sin miedo alguno con los intensos sabores grasos y cárnicos del embutido, pasando por encima incluso, qué pasada!!

Salud-os!!

Cápsula y corcho íntegros, aunque en estado crítico como se les supone tras más de medio siglo. Aún así, el corcho sale entero con el clásico sacacorchos Pulltap's.
Botella aireando una hora, no desprende ningún tipo de tufo al abrirla y el vino está sorprendentemente limpio. Color marrón atejado con reflejos cobrizos, poca diferencia con el menisco, capa media-baja. En nariz predomina el olor a café tostado con notas de canela, pacharán y regaliz. Poca evolución tras la aireación, aparece algún matiz de bosque y disminuyen ligeramente las notas de café.
En boca, pese a que está en sus últimas con una acidez justita y poco cuerpo, tiene un postgusto bastante largo y aguanta el tipo con gran elegancia sin venirse abajo. Nos ha recordado más a un licor suave que a un vino. Tomado con un pollo asado de corral, buena combinación.
Al ser mi primer viejuno me ha encantado todo el proceso de abrirlo, estar atento a su evolución en nariz y en copa y por supuesto saborearlo, sabiendo toda la historia que tiene detrás (gracias al amigo Helios). Me ha parecido alucinante que un vino con 52 años haya llegado en tan buenas condiciones hasta hoy, cuando algunos vinos que se hacen hoy en día no aguantan ni 10 años en botella.
Me viene a la cabeza la famosa cita de Francis Bacon: "Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer"

De color rubí claro de media capa, reflejos rojizos y cobrizos, luminoso, limpio, brillante. Borde amplio, atejado, con poca diferencia con el menisco.

Algo dormido y legañoso al abrir mostrando una expresión inicial a mortero de pimientas, café quemado y un rastro de regaliz Zara. Los balsámicos (salvia, laurel, yedra) se van suavizando para dar paso a una cantidad importante de fruta roja reducida, licorosa, con un tostado muy fino, avainillado y apuntes de flores secas de fondo. Va a más, a mucho más, adoptando un aire de clásico riojano, a cuero ruso, aceite de tung, biscotes de naranja, duelas viejas, pero también ganando en peso y volumen, en precisión. Enterísimo, elegante!!!

En boca es carnoso, concentrado, con taninos pulidos pero vivos. El conjunto está totalmente integrado y reconocemos la mano de Félix Azpilicueta gracias a esa acidez tan de la bodega. Un Marqués del Romeral al que le sienta fantástico ese alto porcentaje de garnacha del que hacían gala históricamente todos los vinos de AGE Bodegas Unidas. Ésta fue desapareciendo de forma paulatina, hasta su erradicación final en la década de los 70, dando mayor protagonismo a la tempranillo y completando el ensamblaje con graciano.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/09/marques-del-romeral-1962-gran-reserva.html

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