Frescura y juventud.

Vino encerado en una botella bordelesa y vestido con una sencilla, elegante y moderna etiqueta.
A la vista se presenta cardenalicio, limpio, brillante y con una capa alta. Buena lágrima que baja con cierta lentitud por la copa. Menisco violaceo.
En la fase olfativa se manifiesta muy frutal, sus aromas se perciben a más de un metro de la copa, fruta fresca del bosque madurando, moras, endrinas, balsámico, mineral en forma de tizas y mina de lapicero, alguna nota láctea en forma de yogures.
En la boca es muy frutal, fresco, jovial, elegante, frutas sobremaduras presenciales, algo de regaliz, madera muy al fondo, practicamente imperceptible, algo de verdor y monte bajo, le falta botella para redondearse, algo licoros, a medida que el vino se va atemperando y sube de temperatura, carnoso, con volumen,. Presente acidez que le hará vivir 4 o 5 años y que ahora te incita a beber más. En el transcurso de la cata, han transcurrido 90 minutos de su apertura, se vuelve más licoroso y son muy presenciales los aromas de la fase olfativa junto con las notas lácteas.
Paso de boca con caracter y es bastante largo. Me da una permanencia en boca de 2,30 minutos. Uno de los mejores vinos ecológicos que he probado. Aguantará bien el transcurso de los años. Mi felicitación a B. Torres, saben lo que tienen entre manos.

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