Dorado pálido brillante.
Media intensidad en nariz que destaca por su buena limpieza y por una madera poco protagonista. Sutil toque de las lías. Fruta limpia, piel cítrica, ligeramente lácteo, manzana verde. Con más aire aparecen las trazas minerales. Más limpio que expresivo.
En boca es fresco y directo, vertebrado por una buena acidez, con amplitud, muy amable en el paso. Final cítrico y mineral con buena longitud, quedando de nuevo las sensaciones frutales. Se bebe muy bien. Persistencia media.
Anselmo Mendes es uno de los productores de Vinho Verde de nueva generación, con vinos más amables y redondos, más fáciles de beber y comprender pero sin perder el nervio y la acidez que siempre los han definido. Un vino interesante y un bien trabajo con la madera. Unos 20 euros, algo caro.