Sin lugar a dudas fue un gran vino...

...Y de eso no me cabe la menor duda.
Un año hace ya, desde que por entonces una persona me regalara este Merlot-Merlot de Enate, el primero, el que hizo nacer el mito dentro de los Merlots de la bodega. Sí que fue el primero y creo, humildemente que el mejor; sin lugar a dudas.
Abierto hace unos pocos días, recuerdo que esta botella dormía plácidamente en una cava oscura, reposando al lado de otros grandes, con lo cual, tras más de 10 años en botella, y suponiéndole que muchos años atrás, tuvo un mejor brillo y alegría, llego el momento en que impaciente me iba a unir para siempre con este monovarietal.
Siempre se habló entre los entendidos por esos lares donde nació, que incluso se le tachaba ( por el público en general), por su contundencia, generosidad, potencia y demás. De hecho, hasta hace muy poco ( que es decir la añada que ahora encontramos del 2005 ), todos los demás Merlots-Merlots a partir de este primerizo e increible 98, fueron disminuyendo en fuerza y carácter, convirtiéndose en "fierecillas domadas". El 99 y 2000 anduvieron por debajo; el 2001, quizás llego a un punto parecido; el 2002, ni por asomo. El 2003 algo lució, y el 2005 antes mencionado, quizás vuelve a recuperar ese "éspiritu 98".

El color que muestra este 98, desde luego que denota algo más que madurez: ese ribete entre anaranjado, teja y terroso nos da muestras de sus años ya. En cambio, ese picota muy oscuro de capa completamente opaca, muy alta y cubierta, sigue impresionándome como si fuera un joven en plena adolescencia.
En nariz, sigue reflejando una intensidad inmensa. Pura Merlot. Fruta negra muy madura; casi licorosa, y notas de madera muy entramada con la fruta, en punto pasificada.
Y en boca, sige mostrando una entrada potente, con una medida alcohólica todavía marcada, contundente, y un desarrollo en el paladar aterciopelado, muy largo y persistente al final.
Presentó ligeros sedimentos en las últimas copas catadas. Sin duda, un vino en el que su enólogo Jesús Artajona, sentó las bases para la recreación plena del disfrute.
A buen seguro, que fue un grandísimo vino en el Somontano.