Buscando un sitio cerca del teatro Olympia donde cenar al acabar la representación se nos ocurrió visitar este local. Reserva previa, más que nada por confirmar que a finales de Julio estaba abierto y que nos podían atender cerca de las 23 h. Sin problema. Percibí un halo de simpatía telefónica que se corroboró posteriormente en persona.

Entorno perfectamente dibujado por el compañero Kopicki. Decoración con predominio de elementos restaurados con gusto y personalidad, combinado con otros más funcionales. Aire ligero e informal.

Tan sólo otra mesa más acabando de cenar… era tarde, es verano… a saber.

Como se podía escoger, optamos por una mesa más resguardada en el pequeño saloncito del fondo. Carta electrónica en tableta. Rápidamente dos dobles de barril en mesa para intentar mitigar la sensación de cocedero que se vivía esa noche en Valencia.

Todo al centro. Finalmente, la cosa quedó así:

Milhojas de Foie-gras y Manzana. Rebozado en los laterales por un crocante y coronado por caramelo. Clásico plato bien concluido en esta versión con el fruto seco picado y el punto dulzón de la corona. Se acompañaba de unas tostitas para untar. Rematado.

Supremas de Pechuga de Pollo Confitadas con Leche de Coco y Curry. Tiernas y con sabor. Se acompañaba de un arroz basmati, sin misterios. Completo.

Lahmacun. Plato de origen turco. Una especie de coca o pizza de pasta fina, en este caso de consistencia dura y algo seca sobre la que se asienta la carne especiada de cordero con verduras. Al no conocer el plato original no puedo valorar convenientemente esta interpretación, pero en general, no fue de mi agrado. Frustrado.

Para beber, continuamos con cerveza. Fueron necesarios, en total, seis dobles de la misma para controlar la alarma del termostato que nos había saltado esa noche.

Concluimos la cena con un café bombón y un café preparado que hacía años no tomaba en ningún bar cuando antaño era muy típico en Valencia. Muy agradable.

El servicio y la cocina a cargo de la simpática joven que se encargaba de todo si bien es cierto que éramos los únicos clientes.

En resumen, local céntrico de corte desenfadado, regentado por gente con ganas de trabajar e intentar ganarse la vida en esta atmósfera actual en la que nos encontramos. Ofrece un producto aceptable manejado de forma resultona unas veces y con resultado más irregular en otras. Transmite ganas, interés, predisposición y simpatía, pilares básicos, a mi entender, para afrontar cualquier andadura.

confirmo ahora despues de haber comido alli las acertadas valoraciones de kopicki.hoy el menu era;la clasica y fresca ensalada de mezclum de lechugas y frutos secos con naranja,buena;humus con crudites de verduras,bueno;steak tartare con mahonesa de mango y curry,estaba en su punto de todo,bueno;dos albondigas de pavo con una salsa de manzana deliciosas,buenas y tambien un arroz con espinacas,costillas de cerdo
demasiado grandes no he podido con ellas,el arroz estaba muy conseguido
postre ,como queria algo de chcolate tenian brownie bueno con tres cerezas,bueno.de bebida un tinto rioja de tempranillo,despues he visto que tenian vermut perucchi lo he pedido y he obviado el vino(no funcionaba el aire acondicionado)y me costaba bebermelo,un GT de seagrams y fin.trato muy bueno y cercano.otro rest.mas que añadir por precio y calidad a:ciro,canalla,rodamon,rambleta and malkebien.saludos.

Estuvimos comiendo este pasado domingo en El Columpio donde nos atenderieron estupendamente.
Una tapa de ajorarriero para abrir boca. El sabor y la generosidad de la tapa no la vais a encontrar en todo el barrio del Carmen. Ni en la Tasca Angel.
Un carpaccio de gamba roja con aguacate fue el primer entrante. Buenísimas las gambas preparadas con aceite y limón y basta.
La segunda tapa para compartir fue unas albóngigas de pava con una salsa dulce que no recuerdo de qué era. Exquisitas.
Y nos pedimos un arroz de pescado con pulpo que nos prepararon al momento.
Si ya nos sorprendía la comida en un barrio donde es casi imposible comer algo de calidad, en el que la inmensa mayoría ha enfocado su negocio a los guiris a los que maltratan gastronómicamete, nos quedamos maravillados por el precio.
Pedimos varias cañas y dos copas de vino. El total para dos personas es de 32 euros.
No se lo pierdan, no encontraran otro lugar igual. Y menos al lado de la Lonja.
Pd: Sugerencia, el sitio perfecto para picar o comer bien después de comprar en el Mercado Central.

Ubicado en la histórica calle Cordellats, cuyo corto recorrido bordea uno de los laterales del edificio de La Lonja y desde donde se divisa la Parroquia de los Santos Juanes se encuentra este pequeño restaurante algo atípico, y digo esto porque antes era una antigua tintorería.

Pequeñas mesas de madera para dos personas en la parte de la entrada donde preside una barrita y algo más amplias en la pequeña sala interior. Decoración que no te deja indiferente.

Acudí a comer su menú de mediodía por 12e que incluye 4 tapas-entrantes, un arroz y una bebida.

Tomate valenciano con ajo y aceite

Ajoarriero con tostadas de pan integral

Steak Tartare con Mahonesa de Mango y Curry

Humus con crudité de Verduras

Arroz meloso de costillas y boletus.

Me sirvieron las cuatro tapas a la vez en una buena presentación y ahí fui probando. Todo estaba bueno pero me quedo con el Ajoarriero y el humus. El arroz meloso muy correcto con buen fondo, con sabor.

No llegué al postre pero pude observar unas tartas caseras que servían a la mesa de al lado y probé un pequeño zumo de melón muy refrescante. Acompañé la comida con un par de cañas bien frías y rematé con un excelente café.

Eché un vistazo a la carta y me sorprendió pues disponen de muchas opciones para compartir: tablas, cocas, ensaladas, cordero, bacalao y los entrantes que tomé y además incluye algún plato vegetariano. Cocina de mestizaje. Una buena opción para tapear por la noche.

Pude charlar unos minutos con la dueña, una joven Vanessa que harta y estresada de trabajar en las cocinas de restaurantes estrellados durante unos años se retiró a poner cañas en su pueblo y acabó montando El Columpio un local que destila relajación. El servicio muy bueno durante toda la comida.

En Junio después de mucho pelear estrenan terraza con lo que ganará enteros estar sentado en ella contemplando parte de La Lonja en una calle histórica que en su día estaba llena de negocios de cordeles, esparto y alpargatas. Así que volveremos a hacer una visita nocturna.