Restaurante Sushi&Tapas en Valencia
Restaurante Sushi&Tapas
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
27 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
8.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Sorbete de sake
Takoyaki
sushi variado
Maki de atún y salmón
Ramen
Opiniones de Sushi&Tapas
OPINIONES
4

Buen producto del hermano pequeño de Tastem. Manteniendo el producto de la cocina japonesa pero con ciertos toques atrevidos. Sin duda buen sitio para los Maki Adictos. Aunque ni mucho menos el local es solo una barra de sushis, maneja distintas elaboraciones, como los yaki sobas, tempuras,carnes,ramen,etc.

Esta vez nosotros nos decantamos por la opción de "Take away" y tomar varios makis en casa. Escogimos las siguientes elaboraciones:
-Hosomaki de atún: Sin duda la opción más sencilla. Sushi de rollo delgado sólo con atún y envuelto del alga nori.Ni fú ni fá.
Maki Tricolore: Nos encantó. Servido en 8 piezas. Sushi de rollo más grande, con mozzarella, tempurizada, jamón, rúcula y salsa de albahaca.
Maki con gama tempurizada Servido en 6 piezas, donde la gamba tempurizada atraviesa las 6 piezas y acompañado de aguacate y lechuga.Excelente con el toque de la tempura, el arroz y el sabor de la gamba.
Maki de Butter-Foie Fish Roll servido en 8 piezas. Con pez mantequilla con toque de foie, aceite de trufa y anguila. Rico rico !!

Sin duda volveremos a probar más cosas que por miedo a que llegarán a casa muy frías no pedimos.

Ubicado en una zona con mucho ambiente, en el Eixample, Cánovas, en Salamanca chaflán con Conde Altea. Inmejorable. A su alrededor proliferan las terracitas, los restaurantes mediterráneos, de diseño, argentinos, asiáticos…

Mediados de septiembre, una noche valenciana de esas que piensas “¿dónde se vive mejor que en Valencia?” con temperatura fabulosa, algarabía, la gente volcada en la calle... Una delicia darse un paseíto por ahí e imbuirse en el ambiente, el ruido y… los diferentes aromas que emergen de cada local.

Este que nos ocupa, Sushi&Tapas, también tenía terracita, pero preferimos cenar dentro.

Bien decorado, minimalismo japonés, ambiente oriental. Quizás demasiado tenue la luz, un punto desangelada. Las mesas, ajustadas de tamaño, están dispuestas casi en forma de “U” alrededor de una gran e inútil barra.

La carta, con fotos, es amplia, basada en cocina japonesa con cierto toque.

Tomamos:

Morcillas de atún.
Takoyaki.
Miso ramen.
Arroz al curry estilo japonés.
Sashimi variado especial.
Maki Variado.

No nos esperábamos esa calidad ni de lejos. Ni esa autenticidad. Ni esa creatividad. Cada plato tenía alguno de los sustantivos enumerados.

Las morcillas de atún, espectaculares… ¡Vaya entrada! Era como una croqueta con un rebozado firme y crujiente de maíz, rellena de sangre de atún, arroz y queso.

El takoyaki (buñuelo de pulpo) fue para mi lo menos bueno, porque no se puede decir que no estuviera bueno. Un poco más de potencia quizás…

El miso ramen fue sin duda el plato de la noche. Inesperado. Una sopa espectacular de fideos, carne de cerdo, huevo, algas, con un sabor tremendo pero acompañado de una suavidad y una cremosidad adictivas. La próxima vez que vaya, me tomaré uno para mi solito… Me trasportó a Camden, al rastro que hay antes del mercado, antes de cruzar el canal, casi junto a la salida del metro. Una fría mañana, muy temprano, recuerdo que muchos de los vendedores de los puestos eran orientales y alguien debía haber cocinado para todos pues fueras por donde fueras encontrabas a un oriental con su gran vaso en la mano y sus palillos, andando, comiendo los fideos y el cerdo con los palillos y sorbiendo a morro el líquido, humeante y fragante. Olía como este miso ramen de Sushi &Tapas.

Tras la sopa salió el arroz al curry, curry verde, sápido, cubierto por una costra como de queso y huevo. Diferente sin duda. Yo le quitaría la costra, es innecesaria a mi gusto.

El sashimi, de calidad, y el sushi destacable por lo suelto que estaba el grano sin que deshiciera, y lo parafinado del mismo. Era a lo que veníamos, y acabó siendo un actor secundario.

Carta de vinos aceptable, con varias referencias de espumosos (muy Freixenet) con buenas copas, Schott. Tomamos un Freixenet Elyssia rosado, que acompaño como se esperaba. Su vinosidad le vino muy bien a la sopa y a las morcillas.

Servicio correcto, profesional, brindado por camareros españoles.
Volveremos, y a no tardar.

Cuando me enteré de que este local pertenecía al grupo Tastem empezó a entrarme la necesidad imperativa de probar qué se cocía en él, aunque el principal atractivo del restaurante sea, paradójicamente, lo que no se cuece.
Restaurante céntrico en el cogollo de la zona de Cánovas, al final de la transitada, y algo colapsada, calle del Conde de Altea. Me gusta la estética del local, con un punto asiático japo moderno, aunque la barra ocupa demasiado espacio en el local y las mesas quedan algo encasilladas entre los estrechos pasillos. Lo malo es que la barra no funciona como tal, sino que es un mero mostrador y no puedes comer en ella, que hubiera sido sin duda la mejor opción. Aun así, con estas estrecheces (y un pilar maldito con el que peleé toda la noche, pues me cogió cariño y lo tuve apoyado en mí toda la cena), bien merece la pena la visita al sushi&tapas
Carta bastante bien definida donde se traducen todos los platos del japonés al castellano, además de acompañarlo con una fotografía en la mayoría de los casos. Obviamente, destacan las preparaciones de sushi y sashimi en distintos formatos y estilos, pero sorprende la gran variedad de platos japoneses al margen, como el takoyaki, una especie de masa de tempura con pulpo (tako), frito o la brasa, que siempre que encuentro en un restaurante pido. Presentación bastante acertada, acompañado con una salsa y un katsuobushi, algo que aprendimos con la cocina creativa, no con los japoneses. El katsuobushi es pescado seco que se corta en lascas muy finas y que "aletea" al hidratarse.
Otro de los platos que no hay que dejar que probar es el famoso ramen japonés, que sólo conocía en versiones precocinadas, y poco o nada tenían que ver con el plato original. Se trata de una sopa de fideos de trigo con huevo, algas y cerdo. Nos decantamos por la variante de soja (había otra de miso que dejamos de lado por ser un sabor más conocido), que tiene un punto ahumado muy rico y que con los fideos, el huevo y la carne de cerdo está fantástica. Sólo por este plato merece la pena al restaurante.
De las variantes de sushi que ofertan, escogimos algunos maki y niguiris, unos más tradicionales y otros más elaborados, como el de pez mantequilla con aceite de trufa, foie y anguila, o un vistoso rainbow maki, donde se combinan distintos tipos de pescado.
La cena la cerramos con un sorbete de sake en una sopa de piña y frutos rojos. No soy muy de dulces, pero no pude evitar picar de este postre que está muy bueno, ligero y original.
Con algunas preparaciones mejores que otras, lo que se percibe es siempre una buena calidad del producto y un buen tratamiento del mismo, lo que da una confianza y una predisposición a que todo lo que llega a la mesa merece la pena, o que puedes escoger cualquier plato de la carta sin demasiado riesgo.
El apartado de vinos lo dejo en blanco porque aunque ojeé la carta, y no tenía mala pinta, nadie más quería vino y no tomamos.

Somos clientes asiduos de este restaurante, así como de su "hermano mayor" el Tastem, y la verdad es que siempre salimos impresionados. Sin duda es el mejor japonés de Valencia, y no sólo en los platos clásicos japoneses, también en los platos de fusión con la cocina española. Para nosotros, lo mejor son los Sushi-rollos y todos los que hemos probado nos han encantado. Recomendar también la ternera (por ejemplo Tataki de Solomillo de Ternera) y la Chikuwa (rollo de marisco). Los postres son más que acertados. El servicio está a la altura de la calidad de los platos, son profesionales y educados, además cuentan con Hiro, un gran Sushi-man que siempre nos deja sin palabras con sus excelentes creaciones.
Cuando sentimos nostalgia de nuestra estancia en Japón, acudimos allí, ya que son los mismos sabores y la misma calidad de servicio.
Y por esa nostalgia acudimos de nuevo, así que adjuntaré unas fotos de nuestra última visita en la que Hiro nos obsequió con unos makis en distintas salsas de soja, que no tengo palabras para describir, tan solo decir que perfectos. Tras unas Asahi y una ensalada de goma wakame, muy refrescante, continuamos con unos sushi rollos de Jamango (jamón con mango, el mejor de todos), Rainbow (salmón y pez mantequilla de muy buena calidad) y atún picante (también excelente, como de costumbre). Le siguieron unas bravas a la japonesa (bien), Tataki de solomillo de ternera (si hubiese estado un poco menos hecho, le habría puesto un 10) y pasamos a los postres. Probamos 2 nuevos postres, el helado de sake, refrescante, sutil, floral y un rollo frito, más contundente pero también exquisito. Para beber además de las cervezas japonesas pedimos cava rosado Lavit, servido a buena temperatura, que maridó perfectamente con estos platos. Té verde y unas copas de sochu de albahaca. Mientras lo escribo, ya pienso en volver...

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