Restaurante Casa Álvaro en Viver
Restaurante Casa Álvaro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
17 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Opiniones de Casa Álvaro
OPINIONES
7

Casa Álvaro es sinónimo de comer bien y barato. Les remito a la lectura de todas las valoraciones que me preceden y comprobarán la base por la que me atrevo a emitir el juicio de valor de la primera frase. En una carta larga como ésta, seguramente habrán tapas más o menos ricas, cosas que saldrán “niqueladas” de cocina y otras que alguien pudiese no considerar perfectas, pero la tónica general es una buena ejecución, una correcta presentación y una generosidad llamativa en las raciones.

Víspera del inicio de las fiestas de toros en Viver y ambiente bullicioso en los bares y terrazas del pueblo. Mesa montada en la misma calle con manteles de uso único, vajilla y cubertería de batalla. Compartimos todo raciones al centr. Para cuatro comensales:

- Carpaccio de papada: Se sirve sobre un rico puré de patatas y con abundante pimentón. Un plato original y rico que nunca antes había probado. Buen comienzo.

- Ensalada de queso de cabra y nueces: Enorme. Mézclum de lechugas, tomatitos, queso de gran personalidad y frutos secos.

- Chipirones a la placha: Fresquísimos, bien cocinados y con la archirrecurrida vinagreta de ajo y perejil en la Comunitat Valenciana. Bien, si excederse en su uso.

- Manitas de cerdo rellenas de setas: Tapa individual que asemeja un ravioli gigante en el que la cobertura se elabora con lonchas de carne de cerdo (me pareció panceta, pero tal vez sean cortes transversales de las mismas manitas) y en cuyo interior está el guiso concentrado de manitas y setas. Muy rico.

- Mollejas de cordero: Tradicional salteado de las mollejas con ajetes tiernos. Deliciosas.

Compartimos algunas tartas típicas al centro que no recuerdo (un par de ellas eran con queso, una especie de calatrava…).

Tomamos cervezas al principio, alguna de ellas de elaboración artesana en la comarca, una botella de Muga blanco y cafés para rematar. La carta de vinos flojea en blancos pero se crece en el apartado de tintos (los rigores invernales de la comarca así lo requieren). Mandaban las chicas y querían blanco, así que opté por ese clásico que no estuvo mal. Servicio rápido y muy buena RCP.

Reunión de amigos, esta vez en lugar de pedir el menú del día, y a pesar de ser ya las 3 de la tarde, le pedimos que nos sugiera algún plato. Se ofrece a prepararnos un arroz de pato con boletus, a lo que no podemos negarnos: espectacular, con apio y trozos de pera conferencia que creó alguna discrepancia. Aunque éramos 5, había arroz para 10, pero no quedó nada
De entrantes una abundantísima ensalada de frutos rojos con magret de pato y queso feta, y unos buñuelos de bacalao y piñones con ajoaceite muy buenos.

Para beber nos ofreció un Luis Cañas reserva 2009, bueno, pero le faltaba frío. La segunda botella, invitación de un compañero y que no está por ello reseñada en el precio, un Matarromera espectacular. Cada botella a 20€. En la carta de vinos acaba de añadir además el Fagus de Coto de Hayas.

Los cafés y varias rondas de chupitos, invitación de la casa.
Un valor seguro que nunca defrauda.

Los pueblos se suceden en esta zona del Alto Palancia caminito de Teruel. Aunque fuimos casi en exclusiva a comer, había que darse un pequeño paseo por el parque La Floresta (en este caso el agua brillaba por su ausencia) y hacer alguna foto de la parte trasera de las viviendas que quedan colgadas. Una estampa bastante habitual de muchos pueblos de nuestra comunidad.

En este bar-restaurante conviene reservar con antelación para el fin de semana. Se "peta". No es de extrañar debido a sus buenos y numerosos platos, y sobre todo, por el precio que tienen. Es realmente barato.

Cualquier intento de describir su comedor positivamente fracasará. Interior al máximo, sin una ventana. Nos ubicaron al lado de la salida de emergencia, en una mesa amplia, todo sea dicho de paso, y en algún momento estuve tentado de abrirla. Es bullicioso a más no poder, cosa que pudo que agravara la treintena o más de senderistas que nos tocaron al lado.

La carta te ofrece bastantes opciones. Tapas, arroces, carnes... y sobre todo postres. Me llamó la atención esto último y su carta de vinos, que no es que sea la hos... pero ofrece un número que tampoco esperas en este tipo de sitios. Referencias clásicas basicamente a unos precios ajustadísimos.

Sigue haciendo calor, maldita sea, por lo que pedimos un albariño Con un Par de Vicente Gandía, unos refrescos y un agua grande.

Para empezar una bomba de sepia, unos calamares a la romana y un par de manitas de cerdo rellenas de setas

Todo bueno. No es la bomba del Canalla, logicamente, pero bien hecha. Los calamares de corte recio como mi dedo, y el bacon que envolvía las manitas algo basto, más fino hubiese crujido incluso y seguro que hubiese potenciado el sabor.

Ración de paella valenciana para el nano, solomillo de buey para el mayor, éste tiene la habilidad de pedir siempre lo más caro, aunque en este caso estamos hablando de que el plato vale ¡12 pavos!, y para nosotros un arroz meloso de rape, cigalitas y alcachofas.

Buenas raciones. Sorprende lo del solomillo, que sacaron en perfecto punto. La paella me parecio correcta sin más, y del caldero de arroz meloso comen tres o cuatro perfectamente. Bueno de sabor, con patitas de calamar por ahí, un rape de textura algo blanda, eso si.

Para el postre un par de tarta de chocolate blanco que gustaron a quienes debían hacerlo, y un bloque, literal, de helado de aceite. Cuando lo pedí me preguntó el que parece el dueño "¿segurooo...?", para añadir cuando lo sacaba "valor y al toro". Esto con una elaboración más fina puede sorprender. Sobró.

Un café solo por mi parte, la cuenta y a pasear.

¿Volvería? Pues seguro, pero con familia o amigos, para armar ruido yo también, qué coj...

Ahora un poquito más en serio, se come bien y hay que ir a probar más cosas.

En mi opinión uno de los restaurantes con mejor calidad-precio de la comarca. Es verdad que parece el típico bar de almuerzos y menú del día.. hasta que te quedas a comer.
Comida para 5 y entrantes para compartir:
Ensalada con magret de pato,Croquetas caseras de pollo,LLeterolas de cordero y un cuarto que no recuerdo, rico y abundante.
De plato principal no shizo un arroz meloso de anguila que iba a presentar en las jornadas gastronómicas y que tenía un sabor y melosidad extraordinarios (aún recuerdo otro de pato y setas que hizo por navidad que estaba casi mejor).
Tiene una breve pero cuidada bodega: bebimos un LaVicalanda reserva de cuyo año no consigo acordarme por 20€ delicioso.
Cafés y copas,quién da más...

En otra ocasión, un compañero y yo elegimos el vino, un Matarromera, y dejamos a su cuidado los platos, sólo recuerdo el último, un excelso solomillo con foie fresco y el precio: 25€ por persona, insuperable.

Restaurante que nos habían recomendado y no nos defraudo. Fuimos el sábado pasado y estaba completamente lleno,buena señal.
Cenamos de picoteo, destacar: bolas de perdiz con sobrasada, unos chupitos de gazpacho con sandía, tostas con foie... Los postres caseros. Es recomendable que el camarero os aconseje, hay platos que no están en la carta. Buenos precios para unas tapas tan elaboradas.

Agradable sorpresa la de este local de Viver que por fuera no invita demasiado a entrar pero que esconde un atractivo e intersante restaurante.
En la carta disponen de unas cuantas entradas a modo de aperitivo (uno o dos bocados), además de tapas para compartir, algunos arroces y platos principales.
Pedimos unos crujientes de pechuga de pollo (1,50€); unas tostas de sobrasada (2€); unas manitas de cerdo deshuesadas envueltas en bacon y con unas salsa de las propias manitas (2€) además de un foie casero con pistachos (7,5€).
De plato principal optamos por un curioso y recomendable arroz rojo (a 6€ la ración), que resulta ser un arroz de cangrejos y con un colorante natural que le da ese color rojizo.
De postre un surtido de unas más que correctas tartas caseras y fruta para compartir.
Para beber pedimos unas jarras de cerveza.
El local estaba prácticamente lleno (entre semana y a mediodía) y el servicio fue rápido y atento.
En definitiva, una opción a tener muy en cuenta si se visita Viver, sobre todo si no quieres llevarte sorpresas con la factura.

Casa de comidas de las de siempre que apuestan pos la actualización y no se quedan ancladas en el pasado. Se nota en el salón (moderno: piso oscuro, paredes blancas, alguna empapelada alegremente, mobiliario urbano...) y en algunos guiños en la carta.

Cena de sábado lleno hasta los topes, todos los alones. Bullicio garantizado que a mi, personalment, tampoco me molesta en este tipo de locales mientras se mantiene la educación. Pedimos todo tapas al centro (7 comensales):
- Jamón de Teruel.
- Ensalada de helado de roquefort.
- Ensalada con magrait de pato (curado).
- Patatas bravas.
- Pulpo a la gallega.
- Bolas de perdiz con sobrasada (tipo croquetas grandes).
- Tostas de foie a la plancha: espectaculares.
- Secreto ibérico trinchado: ración enorme.
- Solomillo de buey trinchado: muy rico y a solo 12 €.
- Surtido de postres caseros: 7 u 8 porciones de tartas diferentes todas con un marcado carácter casero: queso, tiramisú, limón, chocolate blanco, flan de huevo...

Nos gustó todo. Rápido, género más que aceptable, presentaciones mínimament cuidadas... El servicio és muy desenfadado y super eficiente.

Tomamos una botella de albariño fresquita y con enfriavinos, cervezas, aguas, refrescos y un muy buen café.

Por el sorprendente precio de 17 €. Si no se molesta uno con el ajetreo de mesas y demás, es un buen sitio para comer.

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