Totalmente de acuerdo con el comentario anterior. Conocía Cal Xim de Sant Pau de l'Ordal y han trasladado a Barcelona, en un antoguo taller adecuadamente convertido, sus propuestas más sólidas.
Buena carne a la brasa, entrantes sencillos con productos de calidad, buen tratamiento del vino. Y sus famosas alcachofas cuando es el tiempo.
Sin opinar de los postres porque no tomé.
Restaurante pequeño pero por la disposición de las mesas tienes, en la mayoría de ellas, suficiente intimidad.
De los mejores de Barcelona en su categoría.

Este restaurante es de aquellos que oyes hablar a menudo y siempre los comentarios son buenos. Se trata de un local pequeño, preparado para 40 plazas, bien diseñado y con una de las barbacoas, más espectaculares y prácticas que he visto nunca en pleno centro de una ciudad. En el mismo comedor y a la vista del público, sin producir ningún tipo de olor a humo.

El servicio próximo, de la "terra", amable y natural (llega un momento en que encontrar que coincidan estos tres hechos, pàrece imposible en BCN). Pero no es fruto de la casualidad ... Los propietarios son los mismos que tienen el restaurante en Sant Pau d'Ordal, con el mismo nombre y una larga y trabajada tradición a sus espaldas.

Tal como he comentado, el fuerte de la casa es la brasa ... pero nada que ver con la típica parrilla de "casa de comidas" donde las cocciones no están nada cuidadas. La estructura de la barbacoa está muy bien pensada. En un lado y con unas parrillas que permiten el tiro, van quemando carbón, que justo cuando se convierte en brasa, apilan en la zona de cocción. Y en la zona de cocción, a una distancia prudencial del fuego, ves los alimentos, preparándose, sin prisa ni llamaradas espectaculares.

También ofrecen una carta de vinos de primera, pero el día que fui, aprovechando que tenía trabajo en BCN y requería conducir, me limité a una copa de vino .... Encontré a faltar que me ofrecieran más de una opción de copa, pero tampoco quería ponerlos en evidencia, preguntando si tenían más opciones de vino en copa.

Tomé una Tortilla de judías y butifarra blanca y las 'galtas' de cerdo a la brasa (de las mejores que he comido, con un punto de cocción perfecto). No me quedó hambre los postres. Con la copa de vino, agua y un café, el coste rozó los 30 €. Pedí los platos que me apetecieron, pero ojeando la carta, la suma, puede salir más elevada en función de la elección.

Vi pasar un bacalao a la brasa espectacular, pero me apetecian las 'galtes'. En resumen, una muy buena opción, de comida clásica, con puntos de cocción muy ajustados y sin parafernalia ....Aquí la estrella es la materia prima y la brasa .... y el servicio de lo mejor que podéis encontrar, si os gusta la naturalidad.
Ricard
www.restaurantscat.cat

Buena materia prima pero no me emocione.
Empezamos con un vermut izaguirre para abrir apetito
De primero tomamos esparragos con romesco,bueno ,unas endivias con habitas y jamon excelentes,una tortilla excelente
De segundo tomamos secreto en su punto delicioso i conejo
De postre tomamos tarta de chocolate y helado
Para beber un vino tinto aconsejado por el sumiller que me sorprendio positivamente este Albet i Noya tinto tempranillo un poco fresquito fue sorprendente

Es mi segunda visita tras su reciente apertura después de verano. He esperado a recomendarlo confirmando la impresión de la primera visita. El modelo es el mismo que el de Sant Pau D'Ordal pero trasladado a la urbe. Destacar la calidad de la materia prima, tratada con sencillez, en una brasa elogiable. La brasa la dominan en la mayoría de platos que ofrecen y esto lo convierte en una delicia cuando se toman unas alcachofas en su punto, ahumadas, tiernas y jugosas, debidamente acompañadas por un Riesling a copas sugerido por el servicio, que marida a la perfección con la aspereza del vegetal. Disponen diariamente de un plato de cuchara, hoy lentejas, que eran auténticas. Carnes y pescados a la brasa (galtas y pies de cerdo, foie fresco, butifarras auténticas artesanales, lubina salvaje, bacalao) complementan perfectamente la oferta. La carta de vinos es amplia, a precios razonables, y muy bien tratada tanto en copas como en servicio. Nos hemos tomado un IGNEUS Priorat 2005 a 25 € que estaba en su punto de temperatura y con un muy correcto servicio ¡¡ Riquísimo!!.
Respecto al servicio es un tanto informal (en sintonía con la oferta culinaria) y muy atento y profesional.
Postres estándar no destacables.
Recomendable si os gustan las comidas sencillas pero auténticas acompañadas por una muy buena oferta para regarlas. No es barato pero visto lo que hay ........ al menos es auténtico y yo he salido complacido y con ganas de recomendarlo al que no busque complicaciones culinarias y disfrute de la sencillez y calidad.
Ya les he recomendado que amplien la oferta con alguno de los "rustits" (asados) cocinados en cazuela de barro que hacen en Sant Pau D'Ordal.