Visitamos por fin este santuario de los "gourmants", de visita obligada para los amantes del dulce. Hicimos el menú degustación combinado de salado y dulce con maridaje de vinos. Reivindico los salados: bacalao con cabello de angel y el confit de pato, qué texturas!! Los dulces ya esperabamos la panacea como asi fue (ojo! guardar un rincon para al colofón final). El punto que para mi no está a la altura por las propuestas es el maridaje de vinos. Son correctos pero que no soberbios como el ágape (quiza es un tema "eurero"). El precio fue de 70 EUR p/persona. Volveremos para abordar el menu degustación sólo de dulces. Mmmmmm

Es la primera vez que en un restaurant me divierto con la comida y con la bebida. Disfrutar en muchos, pero divertirme descubriendo combinaciones como bacalao, panceta y cabello de angel, así como las combinaciones de sabores y tecturas de los dulces no me había pasado nunca.
En cuanto a los maridajes que te proponen para cada nuevo plato, excelentes. El trato muy amigable, te hacen sentir como entre amigos, muy atentos en la eplicación de cada nuevo plato y en conocer tu impresión cuando ya lo has acabado.
Precio alto, pero la experiencia bien lo vale

Perfectamente de acuerdo con todos los comentarios expuestos aunque lo que mas resaltaria es lo que comenta Quintin. Tanto dulces como salados son autenticas combinaciones que consiguen sorprenderte y diria mas varias veces en el mismo plato con sensaciones muy diferentes. Los vinos, es una maravilla ver como los transmite Guillen con conocimiento y ilusion. El trato que te da Guillen es impresionante sintiendote al final de la cena como si estubieras en casa de un viejo amigo. La experiencia es sugerente, atractiva y agradable.

Peculiar restaurante de postres con carta de salados. Postres magníficos servidos con vinos espectaculares (ojo a los australianos), cuidados perfectamente por Guillem. Aunque debo decir que ha bajado un poquito el nivel de los platos en relación a mi última visita, sigue siendo de visita obligada (relación calidad-precio, excelente).

Estuve ya hace tiempo pero me ha parecido oportuno aportar mi impresión. Tomamos el menú degustación completo sólo de postres y con maridaje de vinos. Apabullantes las texturas y sabor de todos los postres, con una técnica perfecta. El maridaje simplemente impresionante. Al final acabamos un poco saturados de la carencia de alimentos salados (será un problema cultural??), pero la experiencia es única y sorprendente y el recuerdo todavía dura. Volveré pronto y posiblemente repita la misma fórmula. Imprescindible.

Completamente de acuerdo con el comentario de Quintin. El restaurante es también una escuela por lo que abren solo por las noches. Hay dos menús, uno de 3 postres y otro de 5. Además hay 6 platos a la carta que los llaman "salados". Pedimos 2 salados para compartir (que nos sirvieron en medias raciones) y el menú de 3 postres. Impresionante el postre de chocolate, contrastes de solido-líquido y frío- caliente. Un 10 al maridaje de vinos y mejor nota a los oportos que para mí es lo que mejor acompaña el chocolate. Vinos conservados en bodega climatizada y copas muy adecuadas.

Espai Sucre es un restaurante de postres, comprometido con la cocina de autor, no hay buscar postres (pese al nombre) dulzones y facilones, Jordi Butron esta detras, en sala esta Guillem, propone un maridaje de vinos para todo el menu degustacion, en el que busca un vino para cada plato, sea dulce o salado, con resultado realmente positivo, uno de los maridajes mas increible que yo he probado me lo dio Guillem.
Gran surtido en vinos dulces y correcto en blancos y tintos, buen servicio de copas, y un trato muy amable, nada estirado.
A Guillem le gusta el vino y eso se nota...
En mi opinion un restaurante recomendable no solo por su cocina.