Hace algunos años –como 4- nos avisaron que dos jóvenes valores se intalarían en Tarragona. El tiempo pasó y el encuentro ha sido del todo revelador y la expectativa ha sido del todo superada: gastronomía excepcional al alcance de todos.
Descubrirás la cocina de Ana (la “A”) basada en una original mezcla de sabores conocidos (el “coulant de pulpo”, los “canelones de butifarra”, el “atún marinado con cerezas”,…) o en propuestas singulares propias de un talento (el “ravioli de gamba”, la “sopa de tomate”, el “foie con calabaza”,…, la “crema de maracuyá”). Sobre vinos, déjate aconsejar por Quintín (la “Q”). Descubre propuestas fuera de lo común fruto de la inquietud y un criterio fundamentado en la búsqueda de caldos de calidad. La localización frente a la catedral de Tarragona, el diseño algo minimalista y personal del local (compruébalo en WWW.aq-restaurant.COM) y un servicio eficaz, sin artificialidades, son el complemento ideal. Necesario e imprescindible.

Elegimos este restaurante para celebrar el fin de curso con mi peña de cata, animados por los comentarios de este foro. Creo que no nos equivocamos. Decoración minimalista, rabiosamente moderna. Servicio impecable, si bien se echa en falta un poco más de cercanía, ya que seguro las aficiones enológicas son compartidas con los clientes. Comimos muy bien y bebimos mejor. La carta de vinos responde a los gustos del dueño, si bien se echan en falta vinos algo más clásicos. Muy bien representados los vinos de la zona, con reseña de la añada incluída. Lástima que faltara alguno de los vinos dulces ofertados.Cocina moderna, sabrosa y bien presentada. La oferta de pan debería ampliar su variedad. El precio correcto para un lugar de esta categoría (48€ per capita).Los precios del vino son fenomenales. En cuanto pueda repito.

Excelente decoración, elegante y cálida que contrasta con el exterior, ya que esta situado en el centro histórico de Tarragona al lado de la Catedral.
Especialmente recomendable la terraza interior con luz natural y de la que forma parte una antigua muralla.
Excelente cocina la que realiza Ana. Los platos, bien presentados, no sólo te hacen disfrutar, sino que convierten una excelente materia prima en sabores y texturas, mezclando cocina tradicional con modernidad.
La carta de vino es amplia con bastantes denominaciones de origen en la que se nota la pasión por el vino de Quintín.
Una carta en la que se apuesta por extender la cultura del vino y a un precio razonable.
Tanto la conservación del vino como el servicio (temperatura, copas,…) son las adecuadas. Quintín es un enamorado del vino y lo refleja en el cuidado de este.
Un restaurante sin convencionalismos ni agobios en el que se disfruta tanto de la cocina como del vino.
Totalmente recomendable en visitas a Tarragona o incluso se justifica una pequeña excursión para disfrutar de el.

Local d’estètica molt cuidada. Diferent a tor els eltres de Tarragona. Molt bones referències de vins i a bon preu. La carta és molt engrescadora, bona presentació. Però han de cuidar una mica l’excès de gent els caps de setmana nit... arriven plats, com per exemple el foie fred... i això és una pena. T’esgavella el gaudi del moment. Malgrat això és un lloc super recomenable.

Un espacio futurista en un entorno medieval, felicidades, de un contraste que no deja indiferente.
La comida, como era de suponer con esa maravillosa cocinera, un lujo.
La relación calidad-precio estupenda, teniendo en cuenta que comes muy bien, que las raciones son sobradas, que la materia prima es excelente y que la imaginación es la mano que guía la carta.
Volveremos, por supuesto, Quintín no se libra de nosostros....

Restaurante ubicado en el centro histórico de la ciudad de Tarragona. Decoración moderna y minimalista donde predomina el color negro. Una excelente iluminación y una música presente, que no impide la conversación, otorga una sorprendente calidez al conjunto . Al fondo hay una gloriosa terraza con techo de cristal, que inunda de luz natural las mesas allí ubicadas. Mesas amplias y sillas comodísimas. Servicio joven, profesional, atento y cordial, sin rigideces.

Carta de vinos amplia, con excelente criterio de selección, centrada actualmente en productos nacionales, con predominio de los vinos de Tarragona. Bodega climatizada, copas Spiegelau, servicio del vino impecable y precio ejemplar (15% sobre el de tienda).

Cocina de raices clásicas, con la dosis justa de modernidad y sin extravagancias. Con puntos de cocción perfectos y poniendo énfasis en las texturas. Platos equilibrados, bien presentados y muy sabrosos. Algunos rozan lo sublime. Raciones suficientes, tirando a abundantes.

36€ por un completo menú degustación. Por 12€ más se ofrece la opción de maridaje, con una buena y actual selección de vinos.

Desde ya, una referencia. Volveré, sin duda.