Restaurante AQ restaurant en Tarragona
Restaurante AQ restaurant
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y lunes.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
59 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
Patata brava en lingote con romesco y alioli
Ceviche crujiente de gamba blanca.
Flor de calabacin rellena de puerro y langostino
Boletus edulis a la crema con panceta curada.
Pieza de wagyu (tipo Kobe) a la brasa y su acompañamiento
Albaricoque con mazapan tostado, sobre crujiente y helado de vainilla.
Postres.
El coulant de pulpo, un clásico para repetir.
Ese tomate para chuparse los dedos...y mojar pan.
Patatas bravas en lingote.
Croquetas de calamares en su tinta.
Opiniones de AQ restaurant
OPINIONES
66

El lunes 19 de junio fuimos a cenar al AQ Restaurant, situado en pleno centro histórico medieval de Tarragona, junto al Antiguo Hospital del s XII-XIV, del Museo Bíblico Tarraconense y enfrente de un lateral de la Catedral. El restaurante ha sido galardonado con 1 Sol Repsol en el 2023.

Al frente del restaurante se encuentra el matrimonio formado por Ana Ruiz y Quintin Quinsac, Ana al frente de los fogones y Quintin como jefe de sala y sumiller. La cocina que elabora la Chef es creativa, con un toque de autor, de temporada  y de proximidad y basada en una excelente materia prima.

La disposición del local me recordó a la del restaurante Nexe de Girona, cuando entras te encuentras con una larga sala rectangular, a su derecha la cocina a la vista con dos barras esquineras y una quincena de sillas y a su izquierda una decena de mesas preparadas para dos y cuatro comensales.

Llegamos a las 20h30 y nos dieron a elegir nuestra mesa, situada casi al final del restaurante y de la que divisábamos todo el local, sala privada incluida.

Las mesas están correctamente separadas las unas de las otras, desnudas, con cubertería y vajilla contemporáneas y servilletas de tela y buenas copas Riedel. El ambiente es agradable, informal y distendido. El servicio de sala y del vino llevado a cabo por la misma persona, fue cordial, cercano y profesional en cuanto a la parte alimenticia, el servicio del vino fue un poco mas complicado, tanto en el consejo como en la elección, pues se equivocó en el vino escogido y tuvo que intervenir el jefe de sala, que solucionó el problema aunque se retrasó el servicio. El servicio se limitó al descorche y un primer llenado de copas sin cata. La carta de vinos se compone de unas 70 referencias mas aperitivos, vinos dulces, y unas 25 referencias de vinos de Jerez.

Mientras decidíamos lo que íbamos a cenar y nos explicaban los platos del día tomamos un par de vermouts AQ a base de gin y campari, que estaban deliciosos.

Sin mas preámbulos paso a detallar nuestra cena :

Compartimos todos los platos, en el centro de la mesa.

Patata brava en lingot amb romesco i allioli. Patata brava en lingote con romesco y alioli. Muy original, buen punto de picante. Muy buena.

Ceviche cruixent de gamba blanca. Ceviche crujiente de gamba blanca. Buena presentación y muy rico.

Flor de carbassó farcida de porro i llagostí. Flor de calabacin rellena de puerro y langostino. Bueno pero justito para dos.

Ceps a la crema amb cansalada curada. Boletus edulis a la crema con panceta curada. Excelente.

Peça de wagyu tipus kobe a la brasa i el seu acompanyament. Pieza de wagyu (tipo Kobe) a la brasa y su acompañamiento. Carne de excelente calidad perfectamente cocinada y un buen acompañamiento (Tomates y crujiente de patata).

El pan de montaña que acompaño la parte salada fue bueno

Como postres tomamos :

Albercoc amb mazapan torrat sobre cruixent i gelat de vainilla. Albaricoque con mazapan tostado, sobre crujiente y helado de vainilla.

Pastís de formatge parmesà amb gelat de caramel de llimona. Pastel de queso parmesano con helado de caramelo de limon

Ambos bien presentados y buenos.

Para beber tomamos una botella de vino rosado ecológico, Gran Caus Rosat 2021 DO Penedès. Can Rafol dels Caus (Avinyonet del Penedès). Cepages : 100% merlot. "Elaborado con el mosto flor de los mejores racimos de merlot vendimiados a mano con una maceración pelicular de 18 horas y fermentación tradicional a baja temperatura durante 40 horas sin añadir levaduras seleccionadas". Color cereza, seco, muy bien estructurado, sabroso y con un final largo. Nos gustó.

Como anécdota decir que acabo de apercibirme que en lugar de este vino, que fue el que seleccionamos y tomamos nos facturaron el que nos sirvieron equivocadamente y que retiraron, que costaba 6,20 € menos.

Finalizamos con dos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 63,30 €/persona. Buena RCP. Buena cocina , buen ambiente y buen servicio aunque este ultimo me pareció algo falto de rodaje, pero es de esperar que este punto mejore. Recomendable. Cuando volvamos a Tarragona volveremos a visitarles.

  • Patata brava en lingote con romesco y alioli

    Patata brava en lingote con romesco y alioli

  • Ceviche crujiente de gamba blanca.

    Ceviche crujiente de gamba blanca.

  • Flor de calabacin rellena de puerro y langostino

    Flor de calabacin rellena de puerro y langostino

  • Boletus edulis a la crema con panceta curada.

    Boletus edulis a la crema con panceta curada.

  • Pieza de wagyu (tipo Kobe) a la brasa y su acompañamiento

    Pieza de wagyu (tipo Kobe) a la brasa y su acompañamiento

  • Albaricoque con mazapan tostado, sobre crujiente y helado de vainilla.

    Albaricoque con mazapan tostado, sobre crujiente y helado de vainilla.

Hacía al menos ese tiempo que no iba al Aq, la cocina me gustaba pero el trato al cliente no tanto y por este motivo escogía otros lugares. Últimamente había oído elogios de personas de mi confianza y casi por casualidad fuimos la otra noche. Me llevé muchas sorpresas: la 1ª el cambio radical de disposición del local, con protagonismo de la cocina que ocupar prácticamente el centro del mismo; también la decoración ha variado un montón, ahora es más luminosa y juvenil, huyendo de los tonos oscuros. Se apunta a las tendencias de muchos restoranes sobre todo en CentroEuropa de mesas sin mantel pero con cuidado menaje.

El espacio entre mesas es suficiente, hay una barra pegada a la cocina para poder comer observando el trabajo, nosotros estuvimos en una mesa enfrente.

La atención ha mejorado mucho respecto la etapa anterior, se alterna personal veterano con otro mucho más novel al que se le echa en falta un poco más de rodaje, pero al menos es amable y no marca tanta distancias como antaño.

El cambio llega también a la carta, ahora se basa en raciones para compartir la mayoría y mantienen algunos platos ya clásicos y muy elogiados de la etapa anterior. Se agrupan en originales apartados: individuales, crudo-frío, frito, asado-brasa, wok, tradición y dulces.

Escogimos bien recomendaos por la Maitre unas estupendas croquetas de calamares en su tinta -sabrosas y contundentes-, el falso ravioli de gamba de TGN al ajilo -fresco y sápido-, una sencilla pero muy rica ensalada de Tomate ECO La Magalla, un original rollito vietnamita de langostino, las patatas bravas en lingote con romesco picante y allioli-versión muy conseguida-, el coulant de pulpo con patata huevo y butifarra -un mar y montaña quizás su plato más conocido- y una presa ibérica con berenjena,  tzatziki y especias. Este último el que menos me gustó.

Sólo pusieron pan con el tomate, mejorable.   

De postres pastel de chocolate con toffee y helado y maracuyá con yogurt y melón.

La carta de vinos la encontré un poco corta, predominio de vinos de la zona y presencia muy escasa del resto, por contra dispone de vinos de aperitivo, cavas y dulces elegidos con criterio y prácticamente ausentes en Tarragona. Precios muy correctos, buena conservación del vino, copas de calidad, no me lo dieron a catar cosa que eché en falta.

Con 4 cervezas, 2 botellas de vino, agua y 1 café no llegó a 41€ por cabeza.

Pienso a día de hoy ofrece algo diferente y original en la ciudad, los cambios han sido para bien y no tardaré tanto en volver.

  • Postres.

    Postres.

  • El coulant de pulpo, un clásico para repetir.

    El coulant de pulpo, un clásico para repetir.

  • Ese tomate para chuparse los dedos...y mojar pan.

    Ese tomate para chuparse los dedos...y mojar pan.

  • Patatas bravas en lingote.

    Patatas bravas en lingote.

  • Croquetas de calamares en su tinta.

    Croquetas de calamares en su tinta.

Cuando un restaurante de nueva generación cumple 11 años quiere decir que las cabezas y personas que lo gestionan tienen el don de haber conseguido llevar sus ideas a lo largo del tiempo.
Ana Ruiz, en la cocina y Quintin Quisac en la sala, han conseguido que Tarragona tenga un escpacio para los que quieren disfrutar de la gastronomía alejados de las modas. Con la sensatez del trabajo muy bien hecho.
En estos años Ana ha conseguido crear clásicos que le resultan difícil dejar de proponer, porque el público amigo busca esos sobres reconocibles, pero se esfuerzqa por ir creando menús monotemáticos, como el que ahora compagina con el del que denominan Petit, que versa sobre el tomate, producto que cuidan ellos a partir de semillas traídas de las tierras de Ana, de Logroño.
En el menú probado había platos magníficos y platos espectaculares. El nivel culinario es inteligente, sencillo, fresco y muy unido a cierta gastronomía que practican ciertos cocineros, tanto catalanes, como podría ser Victor Quintillá en LLuerma, como Pedro Martino en Asturias, más alejados de esta geografía mediterránea, pero igualmente implicados en la sencillez del sabor.
La sala es gentil, atenta, y juega si el comensal da pie al juego. Llevada por unos profesionales que hacen que la gastronomía gane nuevos horizontes. Música desenfadada que hace más cercano el estar gozando el AQ.
Hay que venir a estos lugares porque hacen más grande el territorio. Porque ayudan al crecimiento gastronómico de una ciudad. Porque podrían tener más o menos estrellas, soles, altas puntuaciones, pero una cosa que agradecemos los que amamos la cocina es que se respira verdad, sin artificios. Con sacrificios, claro, y a veces duele que en su propia tierra no sea una referencia obligada para el mucho turismo que visita la zona.
AQ es un lujo asequible. Y hay que disfrutarla, porque con su crecimiento, crecemos todos. Y hay que hacerla que el entorno la disfrute y la haga más visible.
Grandes platos de la comida fueron la anguila ahumada, los callos de bacalao con caracoles, la potente carrillera de atún o la costilla de Wayu

Hacía más de un año que no comía en AQ. La cocinera ha conseguido sorprenderme una vez más.
La simplicidad en la manipulacón de productos cotidianos huyendo de sofisticacones gratuitas le permite presentar unos platos donde sabor, textura y equilibrio de ingredientes consigue deleitarte y soprenderte.
La genialidad se detectó en el aperitivo: El pa amb tomàquet, el más sencillo, alucinante e inusual que jamás he probado.
El aliño del tartar de dorada diferte a todos los conocidos, sabrosimo y a la vez conseguiaa no ocultar el sabor del pescado y...
Los vinos en la línea de siempre, pero con la sorpresa de un palo cortado de aperitivo que invitaba a seguir el agape a la andaluza, pero opté por um montsat.
Si AQ estuviese en Barcelona o Madrid se debería pedir mesa co semanas de antelación.

Ayer estuvimos cenando en el Restaurante AQ de Tarragona aprovechando una estupenda iniciativa de los restaurantes de la "PART ALTA" de Tarragona, que permite disfrutar de menús degustación a precios reducidos (30 E + bebidas y cafés).

Tras sentarnos vino a tomarnos nota Quintín Quinsac (uno de los propietarios según tengo entendido). Le indicamos que íbamos a probar el menú degustación y pasamos a elegir el vino. Uno de nosotros (éramos cuatro) le pidió que nos recomendara un vino que fuera bien con el menú y para nuestra sorpresa contesto lo siguiente:

- "No me vengas con eso. Esto es para friquis. Yo ya he pasado esa fase."

Simplemente nos quedamos atónitos. ¿Que fase? ¿Realmente nos estaba diciendo que daba igual el/los vino/s que escogiéramos para maridar con el menú? - ¿Realmente acababa de llamarnos friquis?

Pues sí, al parecer así fue... (Parece mentira que se pueda dar un trato tan descortés en un restaurante del nivel de cocina del AQ). Sólo por eso es motivo suficiente para no volver.

Acabamos escogiendo un DO Montsant -- no gracias a su ayuda ni cortesía, claro.

El menú degustación constaba de 6 platos:
1) Crema de foie con maracuyá, cítricos y jengibre.
2) Ostrón del delta con gintonic y granizado de limón
3) Ceviche de verduras con mejillones y berberechos
4) Calçotada con concha de peregrino
5) Pulpo en su jugo con "butifarra" negra...
6) Cordero con cous cous
7) Chocolate, café y turrón.

La crema de foie fue decepcionante, demasiados "cítricos" no permitían disfrutar de la sutileza del foie - una pena.
El ostrón del delta fue correcto pero el gintonic (que debería dar ese toque amargo al plato) brilló por su ausencia - de nuevo una pena.
El ceviche de verduras breve pero bueno. Lo mismo para la calçotada.
El pulpo, sin duda, el mejor de los platos. Es uno de los mejores pulpos que he probado (... y llevo unos cuantos...), realmente este plato és el único que salvó la cena.
El cordero no dió para mucha charla,... un poco seco, pero comparado con los otros platos fue uno de los mejores.
El postre no destacó especialmente pero nos gustó.

Globalmente, la experiencia fue bastante decepcionante. Esperábamos mucho más de la comida, pero lo peor fue la descortesía y altanería con la que se nos atendió. En resumen, comida correcta - trato MUY mejorable.

Unos de los placeres de la vida es la buena comida acompañada de unos buenos vinos y si encima tienen un precio razonable (x1,5), en una carta con más de 200 referencias, sólo tienes que disfrutar

Hoy había varios menús a diferentes precios, nosotros tomamos el menú degustación temporada 50€.

Aperitivos:
- Crema de foie con maracuyá: Una crema densa, que mezcla los sabores dulce, picante y ácido, dominando el dulce con dos toques muy ligeros de picante y ácido. Deliciosa.
- Barandada de bacalao con huevas de salmón: Una barandada jugosa y en su punto. Elaboración perfecta.
Menú temporada:
- Vieira con guisantes y parmesano: Una crema sabrosa de guisantes en el fondo del plato, una vieira en su punto con láminas de parmesano. Muy bueno.
- Moluscos con coliflor y apio:Una suave crema de coliflor de base con Mejillones, berberechos y percebes al vapor y una ostra con sorbete de apio y piel de limón confitada. Buenísimo.
- Crema de alcachofas con huevo y panceta: Crema de alcachofas con huevo poché, láminas muy finas de panceta y trufa. Riquísimo.
- Escudella de bacalao: Bacalao de calidad en su punto de sal y cocción, col, garbanzos, mini butifarra hecha según creo con la piel del bacalo bañada con caldo. Bueno para mí el más flojo.
- Rodaballo con butifarra negra y calçot: Rodaballo relleno con una fina lámina de butifarra negra con trocitos de calçots y una salsa marrón que no sé de qué era. Espectacular
Postre:
- Crema de chocolate blanco con piña: Crema espesa sabrosa, dulce y no empalagosa con helado de piña. Muy refrescante y buenísimo.
- Bizcocho de manzana con mascarpone y helado de almendra: El bizcocho estaba tibio y esponjoso. Muy rico. El helado de almendras tenía un sutil sabor a almendras amargas, que a mí normalmente no me gusta y me encantó.

Bebida:
- Agua 2€
- Maridaje 15€:
Cava Colet Navazos 2007 Extrabrut
Camí de la font 10-Vilabella
Electio 2007 Xarel·lo
Garnatxa de L'Empordà 12 anys
- Café Nespresso 1,5€

Cocina de alto nivel

Visité ayer este restaurante. No fué el mejor día. Acababan de abrir tras más de dos semanas de vacaciones. de cualquier forma pude comer el menú degustación con maridaje de vinos. Es el menú tradicional.

Me gustaron mucho la mayoría de platos. El mejor un timbal de patata, huevo y butifarra. La textura sensacional y una sorprendente y ajusta combinación de sabores. El steak tartare normalito.

El lugar es amplio y cómodo. Solo había tres mesas ocupadas y el servicio fue rápido y atento.

Recomiendo el lugar. Fue una experiencia muy buena

local situado estratégicamente en el centro histórico de la ciudad de Tarragona, al lado de la catedral. Decoración sorprendente, supermoderno, pero muy confortable, mesas con adecuada separación entre ellas, montaje perfecto, vajilla, cubertería y cristalería impecables. Punto y aparte merece el servicio en sala, Quintín es un magnífico jefe de sala, sin agobiar, discreto, cuando se le solicita aconseja a los clientes siempre con educación y sin intentar sacarte los ojos –como en otros sitios-. Mención aparte merece Ana que es una magnífica chef, profesional, preparada y que se preocupa por cambiar la carta cuando cambian las estaciones y los productos de temporada. Mantiene siempre un menú de degustación de platos clásicos que se llama Intocables en el que encontramos:
- Falso raviolis de Tarragona al ajillo –delicioso y delicado en texturas y sabores-.
- Crema de foie con cítricos y jengibre –un plato para entretenerte con la cremosidad y los sabores, da pena que se acabe-.
- Coulant de pulpo, patata, huevo y butifarra –creación que yo calificaría de genialidad, se me hace la boca agua cuando recuerdo los sabores de ese puré casero mezclado con la yema y el pulpo, mmmmm-.
- Bacalao con pil pil, trinxat de col con butifarra negra –original guiño a la cocina catalana tradicional, perfecto el punto del bacalao-.
- Timbal de steack tartare con berenjena y foie –este es mi punto débil, un Steack tartare delicioso con la sorpresa de la berenjena y el foie-.
- O Asado de tira de Wagyu (tipo Kobe) con ensalada de manzana y pepino –en esta ocasión mi marido optó por esta carne con suplemento, casi no me la deja probar pero al final gané y la verdad es que tiene un sabor especial, es puro producto y punto de cocción-.
- Maracuyá, yogurt y melón –otra genialidad, delicioso, fresco, sabores intensos mezclados con maestría-, brownie y ganache de chocolate con helado de caramelo –especial para golosos, delicioso-.

Otro cantar son los menús de temporada, por lo tanto yo recomiendo visitar el restaurante al menos dos veces, una para los Intocables y la 2ª para el menú de temporada. Mención aparte merece la carta de vinos, magnífica selección de vinos de la zona a precios más que razonables para lo que se estila en los restaurantes, yo recomiendo preguntar a Quintín que os aconsejará y os sorprenderá.
Por cierto imprescindible el Vermouth de la casa, Quintín lo borda. También se ofertan maridajes con los menús, si son atrevidos y unos enólocos de los vinos andaluces 30€ y si no 15€. El menú degustación 50€ -precio imbatible por la calidad que se ofrece-. En resumen, lugar imprescindible en nuestras visitas a Tarragona, siempre volveremos.

Después de leer los comentarios en Verema esperaba más de este restaurante.
Nada que objetar sobre la comida, bien (se puede consultar el menú degustación en su web). Aunque fuera un menú degustación, en mi opinión las raciones son justitas y el conjunto del menú no justifica el precio (45€ + IVA). Todo es muy subjetivo, por supuesto, pero lo que menos me gustó fue la frialdad, distancia o como le quieras llamar del propietario. Cuidado, no quiero decir que se nos tratara mal, en absoluto (que hay mucha gente en Verema con ganas de liarla), el trato fue correcto, pero sigo pensando que un trato más cercano o comunicativo hace que salgas con una impresión mucho mejor de un restaurante. No creo que vuelva.
Saludos.

Coincido con los buenos comentarios vertidos es este foro sobre este resturante. Tienen una cocina de nivel, un local, de línea moderna, cómodo y agradable, el trato al cliente es correcto y los precios no se disparan. Elegimos el menú intocables (45€+IVA):
- Falso ravioli de gamba al ajillo: la archiconocida fórmula de ajo y gamba en presentación moderna, con resultados excelentes
- Crema de foie con citricos y jengibre: simple y llanamente excelente.
- Coulant de pulpo, patata, huevo y botifarra: rico sin más, pero desentona con el resto del menú. Para gourmant mas que para gourmet.
- Ventresca de atún con cebolla confitada, tomate, queso de cabra y olivada: muy bueno, aunque el taco de atún ganaría muchos enteros con un paso por la plancha más breve.
- A elegir: steack tartar (plato insuperable) o tira asada de wagyu (no me gustó, pues la carne estaba correosa)
- Dos postres: ambos muy buenos
La carta de vinos es reducida, teniendo gran peso en ella los prioratos y montsant. El vino se sirve en buenas copas y a temperetaura adecuada.
Volveremos sin duda si tenemos ocasión

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