El uniforme de los camareros en los restaurantes
El uniforme de los camareros en los restaurantes
Uno de los elementos clave en la percepción de los clientes tienen de un negocio de hostelería, es la forma en que son atendidos y la imagen de la persona que lo hace.
El uniforme de los camareros puede variar en función de las necesidades del local. Los requisitos de cada restaurante varían según el tipo de comida que sirve o los clientes a los que quiere llegar, pero siempre hay un nexo común: la pulcritud y el esmero.
Es muy importante que los clientes sepan reconocer rápidamente a la persona que les va a atender, no debe haber ninguna duda. (Recuerdo que hace muchos años un compañero de mesa mío confundió a una comensal con una camarera, culpa de la comensal pues volvía del baño, con una falda negra y una discreta blusa blanca, pero solo es un caso).
Una vez seleccionado el estilo (más o menos sobrio dependiendo del tipo de local), llega el momento de escoger la tela y el formato de las prendas.
Estas siempre deben ser lo más cómodas posibles, de este modo permiten una mayor movilidad y de los camareros y puede centrarse en su trabajo.
El uniforme es también una forma de estandarizar la imagen que quieren dar y de diferenciarse de los demás.
Un camarero desaliñado nunca causará una buena impresión. En función del tipo de restaurante que regenten puedes primar un estilo u otro.
En el caso de un restaurante de lujo es más habitual ver a los camareros con trajes más clásicos que recuerdan al de un mayordomo.
Por su parte, un establecimiento que se dirige a un público más familiar suele tener camareros más informales, pero que nunca llegan a confundirse con el cliente. A pesar de esto, es clave que se encuentre el equilibrio donde tus trabajadores se sienten más cómodos, los clientes los reconocen perfectamente y se define la personalidad de tu marca claramente, ya sea por el color de las prendas o porque incluyes el logotipo de tu negocio en ellas.
En todo caso, os pregunto:
- ¿Qué importancia le dais al uniforme, es algo secundario o parte clave de la hostelería?
- Una segunda pregunta que nunca he sabido la respuesta adecuada ¿Cómo actuar ante un camarero que le inunda un olor a sudor añejo?
Saludos desde Cantabria
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de Gabriel ArgumosaJaja, qué bueno lo de la comensal-camarera. Vaya corte que se debió pegar tu amigo.
Respondiendo a tus preguntas:
a.- Una importancia muy relativa el uniforme, simplemente que no chirríe
b.- Lo del sudor, no hay otra que aguantarte y ser prudente.
Una vez trabajaba yo de estudiante de relaciones públicas en un gran pub y la propietaria me pidió el favor de que le dijera a un camarero que olía mal... Ese trago lo he pasado tres veces ya. No es fácil. A ese camarero que además era amiguete, y a dos colaboradores míos.
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de G-M.Mi amigo, que era Nacho al cual tu conoces, en una cena de gala en Ciudad Rodrigo, se quedo tan campante, pues en esos momentos hay que ir con más salero.
Lo de decir lo del sudor, siempre me ha causado "sudores".
Saludos desde Cantabria
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de Gabriel ArgumosaHay que decirlo de manera muy empática y mentira piadosa:
"Yo tenía ese mismo problema hasta que me lo dijo un amigo, menos mal... Jamás repito una camisa dos veces sin lavar por ese motivo... No me puedo descuidar en mi higiene..."
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de G-M.Muy buena la idea.. Por experiencia en mi gremio, se suele dar en los uniformes que se quedan en las taquillas del trabajo, sobre todo hay cierto tipo de telas que lo favorecen.
Saludos desde Cantabria
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de Gabriel ArgumosaUna nochevieja, de camino a los servicios me pidieron un par de GT's, desde entonces no me he vuelto a poner el smoking.
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de JeronimoEstoy convencido que era una señora con el ánimo de entablar conversación.
Saludos desde Cantabria
Re: El uniforme de los camareros
Ver mensaje de Gabriel ArgumosaJope, una vez que ligo y no me entero, será la falta de costumbre.