No hay mal que por bien no venga

Descubrí que me embriagaba a pequeños sorbos
mientras ya estaba siendo bebida por otro
pero ya dejé de beber vinagre para las heridas.

Me engañaba, se ensuciaba y vanagloriaba
mientras como un bobo de su honra cuidaba
pero ya, dejé de beber vinagre para sus heridas.

Exultaba un amplio aroma y lágrima densa
falsa lágrima, que día a día marcaba la espera
pero dejé de beberle, vinagre pleno de heridas.

Me ha mentido hasta en decirme que era vino
hasta en repetirme que siempre me ha querido
y he dejado de beber vinagre con mis heridas.

Mas ya no importa nada esta triste separación
ni tan siquiera cuando fue su siguiente unión
pues no le bebo aunque siento sus heridas.

Quedarán en mí grabadas sus sucias mentiras
me amargarán los recuerdos de su cruda ironía
pero no beberé vinagre, ni firmará más heridas.

Pues ahora feliz me bautizo en joven Chardonnay
mientras me susurra que conmigo quiere envejecer
y día a día me endulza un camino de alegrías.

Tiene las mejillas de cremoso helado de vainilla
me mira con destellos propios de poesía
y me bebe con cariño animándome la vida.

Es sabrosa, golosa, tierna y untuosa al paladar
de marcada frescura, vitalidad y honestidad
y se asegura que ya no tenga nunca más heridas.

De suave tacto fino y sedoso con pura brillantez
sin retoques, sincera, me encanta tal como es
cuando a besos se sabe del mundo la más querida.

¿Sabéis de alguno? Hace tiempo os cuestionaba
cuando rota y hundida mi vida ella me amargaba
y ahora inmenso feliz tengo el vino que me maravilla.

Dulce blanco que me sorprende con caudalías
con burbujas uno, y dulces finuras otro día
mientras guardo en el olvido las tristezas vividas.

Recuerdos francos de delicias de mazapán
sutiles reminiscencias de increíble frutalidad
membrillos, mimos del color de la bollería.

Así que ahora no importa haberle conocido
ya sin rencores acepto todo lo que vivimos
vinagre rancio que amargaba las comidas.

Nunca le he deseado nada malo ni peor
ojalá sea feliz como ahora lo soy yo
pues ya no alberga mi interior sus rencillas.

Pues feliz soy sin marcas de heridas
pues feliz me siento viendo sus mejillas
pues feliz, pleno, lleno, sincero en su energía.