Re: Mundo Viejuno: Vinos del 64 (Viejunada en Zaragoza)
Ver mensaje de LimoneroFantástica jornada, para nosotros fue un honor y un placer disfrutar de vinos tan grandes. Estupenda compañía, impresionante el Restaurante y servicio de gran nivel, increíble la cantidad de copas que pudimos utilizar.
Algunas impresiones:
- El espectro olfativo de los blancos me pareció alucinante. La elegancia del Recaredo Brut de Bruts, con una burbuja apenas perceptible; el tremendo aroma a orejones del Paternina blanco seco del 40 (mi favorito), espectacular en un vino de 70 años; el equilibrio entre azúcar y acidez del Monte Real, para beberse a palets (fue el preferido de mi mujer); el metamorfósico Viña Sole con alma de Riesling (olor a caucho) que se puso traje de boticario.
- De los rosados, el Borisa quedó eclipsado de nuevo por un vino impresionantemente fragante, el Viña Ecoyen. Es ver en qué se han convertido ciertas marcas hoy en día (Paternina, Berberana, Campo viejo, Señorío de Sarria...) y echarse a llorar.
- En tintos, salvo el Castillo de Tiebas, que era puro café, el resto rayaron a un tremendo nivel. Sorpresón con los a priori más humildes Campo Viejo (aromas a champiñón que se transformaban en bosque al airearse) y Faustino I, con una tremenda calidad y todo en su sitio (acidez, tanino, expresividad...). Destacable la "juventud" del Excelso, cuya acidez auguraba unos cuantos años más de vida; el Berberana en su punto óptimo de consumo, cuero, bosque en nariz, ligeramente delgado en boca, pero con un larguísimo postgusto.
- De los grandes, al Viña Ardanza, el Viña Real y el Tondonia creo que les faltó aireación, los tres con brutales aromas a sangre y caza, y todavía con notable acidez. A mi esa nariz tan "sucia" no me gustó, pero teniendo en cuenta que ya llevabamos más de una docena de vinos entre pecho y espalda, la valoración no es justa. Bueno, y que entre ellos se coló el Monte Real, un prodigio de equilibrio, sutileza, longitud... tremendo vinazo.
- Nosotros nos saltamos los dulces para no caer redondos, yo me quedé con ganas de probar el Larios pero el cuerpo dijo basta.
Personalmente creo que fueron demasiados vinos para valorar como se merecían, sobre todo, el trío de magníficos final. El menú hubiera agradecido 3/4 botellas menos (del Paternina sobró casi 1/3 de botella), pero disfrutamos como enanos :)