No es imposible, que el mejor aceite sea alicantino.

Para mi no es nuevo, pues a raiz de haberlo probado en el último encuentro en Valencia junto a Jorge Petit, lo he comprado en varias ocasiones, también otros similares pero me quedo con éste y coincido con Jorge en que tiene mucho que ver el clima frio del invierno.

El color es espectacular de un verde entre pistacho fuerte y semaforo encendido, vivo y brillante (más lo sería si estuviera filtrado, pero quizá no sería el mismo aceite).

En nariz es un festival de aromas, como estar en medio de la huerta junto a unos niños pelando plátanos, un señor segando hierba, y otros más allá recolectando tomates, y a tu espalda una cuadrilla cortando alcachofas.

El paso por boca es como comer una bola de seda, que al final esta rellena de tronchos de alcachofa (amargor) y pimientos picantes, la acidez un puntito arriba pero tolerable. Y el retronasal nos vuelve a la escena de la huerta. En definitiva un producto recomendable 100 x 100.

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