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Parte I: Enfermedades de la viña

La importancia de una uva sana

La diferencia entre que una uva esté sana o que no lo esté, es la diferencia entre vinificar de forma segura (pese a los problemas que pueden surgir inesperadamente) VS a tener que hacer “X” número de rectificaciones en bodega y procurar que el nivel organoléptico del vino no se vea realmente afectado. Por lo que, como parece obvio, lo ideal es contar con un buen estado sanitario en el campo para poder hacer un buen caldo en bodega.

Viñedo

Fotografía de Tim Mossholder

Para mantener un buen estado sanitario de la uva hay que cuidar las cepas y llevar a cabo las prácticas culturales adecuadas para tratar de evitar -dentro de lo que se pueda- el mayor número de contaminaciones posibles. El uso de productos fitosanitarios en la viña son, en muchas ocasiones, inevitables pero su uso en exceso interfiere en la elaboración del vino ya que éstos afectarán de forma negativa tanto sobre el metabolismo de las levaduras -pudiendo ocasionar fermentaciones lentas e incluso las temidas paradas de fermentación- como en las características organolépticas del vino. 

Por ello e independientemente del uso de los fitosanitarios, los tratamientos que los viticultores consideran imprescindibles para sus viñas es algo muy particular que depende de cada viticultor y, por supuesto, de cada zona vinícola (y de cada variedad) ya que cada viña, según dónde esté localizada, tendrá mayor o menor sensibilidad a unas enfermedades u otras. 

Por suerte, en los últimos tiempos lo que se procura es prevenir en vez de curar y esta conducta permite reducir el uso de productos fitosanitarios. Asimismo, cada vez son más utilizadas las prácticas ecológicas y/o biodinámicas, de manera que, los trabajos culturales han ido adaptándose a la nueva coyuntura lo cual ayuda a controlar las plagas y a reducir el uso de estos productos. 

Las enfermedades más comunes de la viña

Existen multitud de enfermedades y/o plagas que afectan a la viña durante las diferentes etapas del ciclo de la vid y, al mismo tiempo, también hay muchas otras que lo hacen en las distintas partes de la propia planta (pámpanos, racimos, madera, etc).

Por lo tanto, generalizar en cuanto a las enfermedades y a los tratamientos es algo complicado ya que hay que tener en cuenta el tipo de variedades de uva y la sensibilidad de éstas a según qué enfermedades ya que no todas las variedades de uva se afectan de la misma manera ni, por supuesto, todas las regiones vitivinícolas sufren las mismas enfermedades.

En este artículo nombraremos algunas de las enfermedades más frecuentes de la viña e iremos ampliado poco a poco en los siguientes artículos.

Enfermedades de la madera

Yesca

Enfermedad que afecta a la madera de la cepa causada por varios hongos que atacan especialmente las heridas que quedan en la madera tras la poda

Por lo general se observan dos variantes de la enfermedad:

  • la variante lenta es aquella en la que se aprecia un debilitamiento generalizado de las hojas (manchas en los nervios de las hojas y su desecación). En este caso, la cepa puede tardar años en morir.
  • la variante apoplejía en la que se da una desecación drástica y la muerte de las cepas (de forma aislada) coincidiendo con las altas temperaturas estivales. Se afectan las hojas, los racimos y, por supuesto, la madera.

Yesca

Cepa en una viña

Antiguamente se trataba con arsenito potásico pero éste se prohibió por su toxicidad tanto para el hombre como para el medio ambiente. 

Su principal problema radica en que a día de hoy no se ha encontrado un tratamiento eficaz que erradique con eficacia la enfermedad. 

Eutipiosis

Enfermedad de la madera causada por Eutypa lata. Los síntomas de la enfermedad suelen aparecer al cabo de unos años tras la contaminación por lo que esta enfermedad no suele encontrarse en maderas jóvenes. Al igual que la yesca, la entrada principal del hongo se produce por las heridas de la poda que quedan en la madera.

Lo que primero suele verse es el debilitamiento de los brotes verdes que están acompañados de entrenudos cortos. Las hojas suelen ser más pequeñas de lo normal y las inflorescencias sufren corrimiento durante la floración y se secan. Los brazos y/o el interior de la cepa (madera propiamente dicha) presenta zonas grisáceas o negruzcas y de consistencia dura. 

El decaimiento de la cepa empeora año tras año hasta que se produce la muerte del brazo y finalmente la de la cepa. La eutipiosis es una enfermedad que no suele tratarse. Lo único que se pretende es tratar de no propagar la enfermedad evitando futuras contaminaciones. Para ello lo más habitual es quemar las maderas muertas y limpiar la viña antes y después de la poda, podar los brazos hasta encontrar madera sana y proteger las heridas de poda. 

Las enfermedades que afectan al follaje y a los racimos

Oídio

Enfermedad fúngica, también conocida como ceniza o cenicilla, que está provocada por el hongo Uncinula necator. Hongo con capacidad de desarrollo en todos los órganos herbáceos de la vid tanto en los brotes jóvenes como en las hojas adultas. 

El signo más habitual que se observa en la cepa es la aparición de unas manchas blancas visibles sobre todo en la cara superior de las hojas (a diferencia de las manchas afectadas por mildiu que se localizan estrictamente en la cara inferior) que quedan cubiertas de un polvo blanquecino, adquiriendo así, el aspecto más característico de la enfermedad.

El agente que más interfiere en su desarrollo es la humedad -al contrario que en el mildiu, que lo que más favorece su aparición es el agua libre- y las altas temperaturas. Por lo tanto, las nubes bajas y los períodos nublados favorecen el desarrollo del hongo a diferencia que la fuerte insolación que, al secar el aire, interfiere en la evolución de la enfermedad. 

Oídio

Uncinula necator

El tratamiento más común sigue siendo el azufre, un fungicida mineral que actúa tanto por contacto como por vapor y resulta ser un agente polivalente que también tiene un buen funcionamiento para otras enfermedades tales como la excoriosis o el black rot.

Para realizar una buena protección del viñedo hay que programar una estrategia de lucha presentando atención al inicio de la actividad vegetativa y estar pendiente desde la floración hasta el estado de racimo cerrado. 

Mildiu

Enfermedad causada por un hongo llamado Plasmopara viticola, que se desarrolla en todos los órganos verdes de la cepa. 

Uno de los aspectos más característicos es que en las hojas aparecen unas manchas amarillentas, conocidas como “manchas de aceite” que posteriormente se cubren de un polvo blanco (reverso de la hoja) que se desprende con facilidad al frotarlo. 

La humedad y el calor son dos factores indispensables para el desarrollo del mildiu, de forma que está ligado tanto a la presencia de las lluvias otoñales (agua libre) como a las de primavera. 

El tratamiento más habitual es mediante fungicidas de contacto o de superficie, en especial el cobre es el elemento más utilizado para combatir el mildiu ya que es un fungicida polivalente. De hecho, protege a la vid de numerosas enfermedades. Los agentes de contacto o de superficie lo que hacen es impedir la entrada del hongo al interior de los órganos de la vid inhibiendo el proceso de respiración en la fase inicial de su desarrollo.

Podredumbre gris

Es una enfermedad criptogámica producida por el hongo Botrytis cinerea que ataca a los órganos herbáceos de la planta y a los racimos donde provoca: 

  • podredumbre peduncular: se afecta el pedúnculo y el raspón de los racimos.

  • podredumbre gris: supone la forma más grave de la enfermedad afectando a las bayas de los racimos en el periodo entre el cuajado y la madurez. 

  • podredumbre noble: se presenta en el periodo de sobremaduración de los racimos y sólo bajo unas condiciones climáticas especiales. Dicha podredumbre es deseada e imprescindible para elaborar ciertos vinos como, por ejemplo, en Sauternes.

botrytis cinerea

Botrytis cinerea

Botrytis cinerea puede atacar todos los órganos de la cepa pero los ataques más graves se dan en los racimos a partir del envero. 

La lucha, de forma general, se realiza a base de compuestos cúpricos junto con otros fungicidas. 

 

Nota: como aclaración general del artículo hay que tener en cuenta que la lucha contra las diferentes enfermedades aquí descritas difieren según en qué zona vitivinícola se encuentren las cepas y bajo en qué régimen se esté tratando la viña. Además es importante recordar que en cada zona existen organismos que dictan normas técnicas y actualizaciones según los cambios en los registros sanitarios y las recomendaciones de los productos. 

  1. #1

    Ralfilauren

    ¡Muchas gracias Gemma Peyro! ¡Muy interesante! La uva sana es la base de todo buen vino (salvo la pobredumbre noble) y muchas veces nos olvidamos de lo complicado que es y de trabajazo que lleva sobretodo en manejo ecológico y/o biodinamico del viñedo. Observar, prevenir, practicas culturales de aireación...

  2. #2

    Gemma Peyro

    en respuesta a Ralfilauren
    Ver mensaje de Ralfilauren

    ¡Gracias a ti Ralfilauren! Es un trabajazo, los que tenéis experiencia en la viña lo sabéis bien. Es un trabajo de todo el año pero desde hace ya unos meses la cosa aún se pone más seria.


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