De color amarillo muy intenso con fuerte sensación de grosor formando gruesas lágrimas. Reflejos dorados y cobrizos, vivo, brillante.
La mejor de todas las botellas abiertas de este Ardanza añorado. Majestuoso, sin complejos, potentísimo, confitado, con una viura que es pura elegancia. Lleno de aromas de toffe, fruta escarchada, membrillo cocido, orejones, caramelos argoneses y un rastro a maderas viejas y frutos secos de fondo de una elegancia acojonante!!! Amplio, abierto, cada vez más expresivo e intenso ganando en aromas de confitería, galleta María, cereal horneado, manzana asada y unos tostados de escándalo.
En boca es graso y lleno, concentrado, sabroso, de intensa acidez, vivo, aún por acabar de integrarse de tanto potencial que tiene. Aparecen suaves amargosos y unos tostados finísimos, elegantes, que se suman a cítricos dulces. Largo con un retronasal confitado hasta lo impensable. Una interpretación diferente y completamentaria del clásico blanco riojano educado en madera que ha llegado a nuestros días sin sacar arrugas. Éste lo tiene todo y de todo, con una viura obstinada que se niega a envejecer. Recuperar este vino debería de ser una prioridad para la bodega.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/04/vina-ardanza-1986-blanco-reserva.html