Vino curioso que me ha sorprendido, pues los ejemplares de Chenin Blanc por lo general no tienen crianza y se fermentan en tinas de inox.
Color dorado brillante.
Aroma a manzana verde, ligeramente herbal. Luego nos da notas a mazapán, membrillo, y miel de azahar.
En boca es goloso, ligeramente dulzón, con notas frutales (las mismas que se percibieron en nariz). Buena concentración, un poco justo de acidez, pero esto no le quita frescura.
El precio, alrrededor de 10-12 euros.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.