Un mes después.

Otra botella disfrutada y ya solo me quedan tres.

Las sensaciones son las mismas que las indicadas en las catas anteriores, o sea un vino muy frutal, totalmente equilibrado y sobradamente agradable.

En esta ocasión lo dedicamos a acompañar a los postres, representados por un magnifico brownie con piñones y un "pelin de nata", el champagne estuve sobresaliente.

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