Buen mallorquín con una curiosa etiqueta

Desde la bodega nos cuentan que la curiosa etiqueta es del grupo anónimo Black Tulip. Las propuestas de BT, en todos los medios imaginable, se encuentran a medio camino entre en new age y lo fantástico y buscan trascender hacia una realidad intangible desde una experiencia no individual. Su trabajo se ha podido ver en el Centro Cultural de Sao Paulo, en theoffice en Berlin, en La Estrategía Doméstica en Barcelona o en el Festival MAPA en Pontós entre otros. Y hablando del vino he tenido que dejarlo unas horas de oxigenación porque lo note muy duro y poco a poco descubrio todas sus virtudes. Color rojo picota, con destellos luminosos. En nariz aromas a frutas maduras, regaliz y tostados. En boca despues de oxigenarse entra muy goloso, algo alcohólico y con unos taninos presentes. Es corpulento, elegante y buena acidez. Un vino bien elaborado.