Ligero cambio de rumbo...

...O eso me lo parece a mí, en mi opinión, acerca del vino top de esta bodega de Barbastro.
Y después de la calificada excelente 2005, otra que tal: la 2006.
Debo decir que tomo nota en relación a una botella bebida en casa, a pesar de haber sido catada por vez primera en Intervin Alimentaria 2012.
En este caso, con otras copas y la ayuda del decantador, procedimos al descorche y posterior disfrute.
El vino no presenta sedimentos al decantar, está mucho más limpio. A pesar de ello, la concentración sigue siendo evidente. El vino respira, y nosotros nos beneficiamos de ello desde las primeras copas. Decantado aproximadamente con media hora de antelación (tiempo más que suficiente, pues el vino se expresa decidido, y además se agradece el notar la evolución en la copa).
Presenta en la fase visual un color rojo picota oscuro de capa alta y bastante cubierta.
Lágrima abundante, fina, que nos obsequia con un velado tinto en el cristal.
En la nariz es donde comienzan las primeras impresiones interesantes y diferencias. El vino es desde luego "Cabernetero" (notas de pimiento verde, mucho menos asado y maduro que en el 2006; vegetales...), me gusta. También la presencia de la madera se ha "educado" mejor: menos tostado, menos quemado y torrefactos. A cambio, seducen los lácticos, las vainillas y el café con leche. Además esa anterior referencia a un pimiento verde más ligero en intensidad, nos descubre que en este vino también existe la fruta roja y negra madura. Se agradece estas nuevas sensaciones en un vino que sin dejar de ser complejo y expresivo, no pierde tanto en intensidad y sí gana mucho en elegancia.
La boca, quizás no resulta tan cambiada, si bien el efecto resultante de la nariz, también se aprecia. Más frutal, avainillado y cremoso. No pierde contundencia en el trago y muestra un buen ataque, fresco y frutal (aquí de nuevo se aprecia más fruta que madera y tostado), acompañado de una acidez muy interesante que aporta frescor pero, sobretodo tratándose de la Cabernet como protagonista, margen de guarda. Buena longitud en boca, acompañada de un tanino frutal maduro no tan rugoso como quizás en el 2005. Además de todo esto, muy importante resulta la sensación de redondez y equilibrio de todos los matices en boca.
Persistencia final importante.
Resumiendo: un punto de madurez excelente para esta Cabernet, un vino que resulta corpulento y a la vez refinado y de nuevo reseñar, ese plus de poder elegir con varias botellas, el beberlo y disfrutarlo ahora, o bien guardarlo 3-4 añitos más...si es que uno no acaba cayendo en la tentación antes.

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