Color amarillo nítido, limpio y con mucho brillo.

Despliega con alegría aromas herbáceos, fruta blanca, recuerdos de heno seco, muy equilibrado y agradable en aromas, con una integración soberbia.

Muestra amabilidad y carácter en su paso por boca respetando esos aromas limpios que mostraba en nariz.Paso fácil, muy agradecido, con ligereza y con una buena persistencia en las notas de amargor de tipo pajizo.

Desde luego creemos que éste si es el camino a seguir en el saturado mercado de los verdejos (aquellos cuyas levaduras y sabores de frutas tropicales acaban saturando).¨Un vino con personalidad, sin duda.

Dorado brillante y muy limpio.
Nariz con buena intensidad, de gran definición y pureza, es auténtico verdejo segoviano. Notas herbáceas, laurel, fruta blanca fresca, balsámicos, trazas florales e incluso un fondo mineral que ahonda en su transparencia aromática.
En boca confirma su nivel, es un vino armónico y equilibrado, con acidez, redondo, que se bebe de maravilla por su balance y que nos deja una huella final herbácea y de frutos amargos, con una persistencia media y una mínima presencia grasa.
Lo que más nos ha gustado de este vino no es que sea un buen verdejo, es que es un buen verdejo segoviano, distinto al vallisoletano, más graso, más definido, incluso más mineral. Un vino que muestra su origen con orgullo y calidad. Por poco más de 5 euros se nos hace complicado beber mejor. ¡Muy bien!

Pues mira tú que verdejo tan agradable, con todo el carácter que tiene que tener, pero sin los excesos siempre molestos que se encuentran en los lagos de verdejo predominantes. Apuntado.

(PVP: 6 EUR aprox)

Amarillo pajizo en tonos pálidos y pleno de reflejos verdosos. Limpio y muy brillante.

Nariz de intensidad media-alta con un protagonismo inicial de la fruta de optima madurez como la manzana, melón, nectarinas, nísperos... poco a poco esos aromas se mitigan dejando parte de protagonismo al carácter herbáceo propio de la variedad, hinojo y espliego entre flores blancas y amarillas. Durante toda esta fase se percibe una mineralidad que recuerda a la piedra blanca y a la tiza muy armonizada con el resto de aromas.

Entrada amable y fresca en boca que da sensación de un trago ligero por su nervio y acidez pero que rápidamente toma volumen en boca con una leve untuosidad y una estructura que marca a la perfección los tiempos del vino en esta fase. Profundo y refrescante sin renunciar a la clase y finura, en definitiva pulido y redondo, con gratos aromas a hierba fresca y frutosidad en forma de manzana golden y nísperos para un final de agradable/apropiado amargor que alarga su recuerdo en boca.

De acusada intensidad, peras, vegetales y flores. Boca amplia y bien acompañada de acidez, fruta blanca, peso y postgusto. Facil y alegre. Un vino que comienza a dar buena señal.

Hemos catado hoy este nuevo proyecto de los hermanos Herrero.

Dejando al margen la ilusión, el conocimiento, la sencillez, el cariño, y la pasión que le ponen, que ya es difícil, hablemos del vino.

Brillante en copa, reflejos verdosos, transparente capa.

En nariz nos recuerda una mezcla entre su viejo conocido Pie Franco y aquel verdejo "normal".

Lichi, manzana menos verde, pera de agua, mantiene esa personalidad mineral a la que nos tenía acostumbrado, tiza.

En boca es fresco, puntito de acidez domada, amargor final.

Con una barbacoa de panceta, chorizo y pinchos morunos ha mantenido el tipo como un campeón.

Es la primera añada de esta nueva andadura, con algún que otro esfuerzo por tener aún la infraestructura en construcción, así que cuando esto se asiente, al loro, back to the future....