No recuerdo haber bebido esta Bota 34 anteriormente, y como veo que la última reseña fue del año 2015, me animo a escribir mis impresiones ahora. “Equilibrio” sería la palabra clave. “Finura” sería la siguiente. Y después, vendrían “complejidad” y “accesibilidad”. Es decir, cuando nos lo llevamos a la nariz y a la boca nos encontramos con un palo cortado redondo, amplio, con un carrete tremendo, y si me permiten la expresión y sin querer que suene peyorativo, también fácil de beber. Muy fácil. Tanto, que después de unos cuantos vinos, la botella se acabó en un santiamén. Muy grande.
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