Imponente imagen para este top de la Baronía de Turís. Falla la cápsula (plástico). Menos mal que no se volvieron girulos con el precio, pues la gente no comprendería más allá de esos siete u ocho euros. No hay que olvidar que esta bodega se mueve más en el par de euritos de media.

Cereza picota de buen brillo y estrecha orilla granatosa, lágrima fina, densa y de leve color.

Aroma de buena intensidad, fruta negra muy madrua (ciruela, higo), cacao tostado y apuntes vegetales de pimiento verde, especias como la pimienta negra, fondo balsámico junto a la calidez del alcohol.

En boca muestra cierto cuerpo, de tanino dulce y amargoso, maduro, se notan los tostados de la madera y la influencia mediterránea, con sus especias de monte y ese calor, postgusto a chocolate negro tirando a largo.

Se bebe fácil ante tanta apariencia. Conseguido.

Seguro que la Baronía puede hacer un vino así con uvas de aquí.

Aromas complejos que se sueltan poco a poco, hay fruta madura, frutos rojos. Varietal, se complementan muy bien la Cabernet y la Merlot. La Syrah lo hace al final con tonos terrosos. Un perfecto ensamblaje.
Hay aromas animales, cuero muy curtido, tiene un atractivo fondo a hierbas de monte. Sale al fondo de la copa un rasgo volátil.

En boca sobresale sorprendentemente el frescor, es más ligero de lo que indicaba en nariz. ¿Este vino es del Mediterráneo? Ahora no lo parece, con el tiempo, en la evolución, lo es, no pierde su casta, pero los rasgos de sobremaduración rompen la armonía del principio. Tanino aun presente, pero no tirante, quizás algo secante, madera nueva. Le seguiré la pista.