Después de catar una buena 2007 de este blanco con crianza de Enate, me pasé por la bodega, aprovechando mi estancia por tierras Oscenses. Lo cierto es que iba a por la 2008, por aquello de seguir probando año tras año este Chardonnay... Y acabé con esta recién nacida (comercialmente hablando, claro), 2009.
Las impresiones vienen a ser las mismas que encontré en las botellas del 2007 degustadas tiempo ha.
Viste un color amarillo pajizo dorado, de brillo medio.
En la nariz, muestra todos esos matices que siempre encuentro en esta Chardonnay "criada" en el roble: antes que cualquier atisbo frutal, presenta esa curiosa mezcla de leche condensada y de almendras. Cáscara de almendra tostada; frutos secos...
Si buscamos en el fondo, parece que asoma la típica piña de la Chardonnay, pero como siempre sucede cuando se cría junto a la madera, muy madura y con ciertos toques de caramelo y/o crema de vainilla. Compleja y matizada.
En boca, mantiene ese toque graso y untoso: resulta muy largo en el paladar. Mezcla de frutosidad muy madura, con tintes amargosos y un final bastante persistente. Mantiene un punto de acidez lo suficientemente presente como para que el vino no llegue a resultar pesado ni cargante. Sí resulta consistente; y debe de ayudar esos 14,5º que declara en esta añada (que año tras año, aumenta el índice de porcentaje alcohólico).
Buen vino, este blanco de la bodega. Una vez más, demuestran en Enate, el dominio para con la Chardonnay. Eso sí, para los que disfruten con este tipo de blancos.

http://www.youtube.com/watch?v=cHm8HlUN5gI

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