Caricia de seda, elegancia proverbial.

Uva pisada en lagares de granito, vinificado con raspón y encabezado con alcohol vínico. Tres años de crianza en “toneis”, 19 años en damajuanas de cristal y embotellado en 1974.

Ambarino claro con destellos cobrizos, enorme limpieza.

Nariz sencillamente espectacular, no muy intensa pero que muestra una limpieza y una complejidad apabullantes. Las notas van desde un fondo de especias orientales, los toques balsámicos y casi medicinales, las frutas muy maduras, higos y ciruelas, el tabaco de pipa, cacao, frutos secos. Muestra una ligera y elegante reducción que se va disipando con el trabajo en copa.

En boca es un vino que enamora por su elegancia y carácter envolvente, por su paso por boca deliciosamente armónico, siendo concentrado y con peso pero a la vez ligero y elegante, un vino adictivo por sus formas casi perfectas. Final largo y envolvente, es una caricia en el paladar y deja un persistente posgusto de frutos secos y toques balsámicos, con un alcohol perfectamente integrado.

Una auténtica nuestra de elegancia y delicadeza, este soberbio Garrafeira es un vino de enorme clase, que se encuentra en un momento perfecto de consumo tras una larga permanencia en botella que le ha redondeado. Uno de esos vinos que no se olvidan y que forman parte de los elegidos. Un grande de verdad.

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