El roce hace el cariño

A fuerza de probarlo me ha ido conquistando. Me gusta su combinación de complejidad y frescura, que se elabore con una variedad autóctona de la Conca de Barberà, el cariño con que Bernat "vende" sus productos en varios idiomas, su verbo exuberante y su "seny i rauxa". En esta ocasión me lo encuentro con la camiseta sudada acabando de montar su parada en la Mostra de Vins de Barcelona.

No suelo beber cava y mucho menos rosado, pero éste ha conseguido que abra mis miras más allá del champagne y el cava gran reserva. Me gustan sus tostados y cítricos, sus notas de fruta roja y pipas. Y me encuentro cada temporada esperando la nueva añada, buscando similitudes y diferencias. Y comentando con Bernat, con quien coincido año tras año en varias ocasiones, cómo ha ido la vendimia, qué tal les van las ventas, cuáles son las diferencias respecto a anteriores añadas...

Me gusta el producto y el productor. Incluso el precio me parece bien. Este cava se deja querer.

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