No describo botella ni etiqueta por haberlo hecho anteriormente. Han transcurrido 20 meses de mi última cata. El corcho, de gran calidad, que cierra la botella está perfecto, elástico y sin infiltraciones de vino en el mismo.
A la vista se manifiesta limpio y brillante, de un bonito color rojo picota de capa media alta, con una fina y densa lágrima que se desliza con perezosa aptitud por la copa tintándola muy levemente. Menisco granatoso y con leves e incipientas notas teja.
En nariz, después de llevar la botella abierta dos horas, me encuentro con ricas y sabrosas frutas negras y rojas maduras y en sazón, arándanos, endrinas, cerezas, mayuetas, notas balsámicas, notas de vainillas, ligeros tostados de su crianza, notas de pimienta negra.
En boca, es elegante, sabroso, fino, equilibrado, aterciopelado, elegante y sutil mineralidad, con volumen y con la corpulencia que podemos esperar de un vino de Toro. Presente y viva acidez que te invita a beber, beber y beber, y que le dará algunos años más de vida. Taninos domados. Madera bién integrada, sutil madera de su crianza. El paso de boca es Grande, muy grande y sedoso. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos de disfrute en la boca.
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