Das "Gewürz" von Barzen...

Siguiendo mi incursión por los vinos de Alexander Barzen, dejo apartado un poco sus archiconocidos Rieslings, y a cambio me acerco a otra de las variedades blancas que elabora y que a mí siempre me resulta interesante.

Viste un color amarillo pajizo claro. Aparece en la copa una lágrima ancha y suave que lentamente desaparece conforme cae por el cristal.
Nariz agradable y sutil. A copa parada, se aprecian las notas florales de la variedad (flores blancas como el jazmín) y acto seguido aparecen las frutas exóticas (el lichy no puede faltar en esta variedad) y luego en forma de cítricas como la mandarina y un suave pomelo muy de fondo, si se le busca. Más frutal y menos perfumado de flores. Me gusta.
En boca, desde luego que resulta goloso; frutal y con una buena acidez, no tan marcada ni tan exhuberante como en otros Barzen, pero sí lo suficientemente presente para que el vino no resulte excesivamente cargante.
Untoso a lo largo de la boca y con un final seco de cierto postgusto frutal muy acertado, que contraresta tanto dulzor.
Me ha gustado bastante, aunque claro: soy un poco "facilón", pues soy bastante amante de esta variedad. Buen vino, con buena RCP (12€ aprox.)

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