Servido una vez más en formato magnum con una aireación previa de ocho horas. El enólogo Hugo D'Acosta señaló en alguna ocasión que él no prefiere decantar. Nosotros nos sumamos a ese criterio. El vino aún así se mostró un tanto cerrado en nariz, pero hay tantos factores que pudieron influir: transporte en carretera 3 días antes y la lucha por mantenerlo a la temperatura adecuada en medio de un verano inclemente. Aún así, el vino mostró una evolución notable para una añada controvertida. Los matices adquiridos eran ya muy similares a los de otras añadas consideradas por algunos como más afortunadas. Estaban ya ahí los toques de chocolate blanco en nariz y en boca. Cuando por fin logramos darle la temperatura correcta, el vino resultó delicioso y con una integración muy agradable de su carácter marino dentro de todo el conjunto.

Añada de altas precipitaciones. Servido en formato magnum en cata vertical 2002-2007. Guinda picota con ribete ligeramente atejado. Lágrima ligera. Aromas rotatorios a monte bajo, fruta roja, vainilla, cassis, romero y madera. Ataque de buena acidez y recorrido salino con toques herbáceos. Persistente. Un vino que muestra la mano del enólogo para rescatar una añada difícil. Se percibe como el Vino de Piedra de menos concentración desde el 2001. Controversial, aunque una minoría suscribimos el que se trata de un vino que requiere tiempo de guarda para desplegar sus virtudes.