¿Ligera decadencia?

Última botella de esta saca del 2010 que guardamos un tiempo para observar su evolución y lo cierto es que no es la esperada, al menos esta botella se muestra algo más cansada, con ligeros toques de oxidación, menos fresca y mostrando más gordura, por tanto un vino menos equilibrado. No nos gusta mucho esto de embotellar manzanilla en medias botellas, algo que vale para vinos viejos pero no para este tipo, pues son más sensibles a la oxidación con el paso del tiempo.

Así pues, tómense la recomendación de pronto consumo de la contra-etiqueta como un dogma más que como un consejo y abran las botellas que les queden lo antes posible. Veremos cómo va la saca del 2011. No puntúo porque no haría justicia a esta soberbia manzanilla, simplemente hay que beberla en el año de la saca.

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