Corimbo 2008.

Este ha sido el primer vino bebido y disfrutado con las copas Riedel que me han regalado por mi reciente cumpleaños. Yo no sé si esto tendrá mayor o menor importancia a la hora de degustar un vino (un buen vino demuestra su calidad independientemente de las copas), pero he de reconocer que psicológicamente me encuentro más a gusto bebiendo con una copa especial para vino. Serán manías. 
Color cereza picota de ribete granate con reflejos violáceos, limpio y brillante. 
De buena intensidad aromática con fruta roja y negra madura, lácteos, vainilla, especias dulces, torrefactos sobre un fondo de sotobosque y excelentes balsámicos. 
En boca muestra fruta madura sabrosa con cierta imposición de la madera y tostados, un tanino algo secante pero que apunta maneras (lo hemos bebido después del descorche, sin darle tiempo a airearse),  con un final agradable y largo.
Aunque ya se puede disfrutar, parece que todavía puede mejorar con algo más de tiempo en botella.
PD: He rematado un resto de la botella por la noche, cinco horas después, ha perdido bastante la fruta, con aromas de tapenade.
 

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar