Dulcificado. En buen momento.

En pocos meses, este tinto de Otto Bestué ha cambiado bastante, presentando en boca una clara y franca domesticación.
Sigue luciendo visualmente, un color picota de buen brillo y capa media.
En nariz, donde se aprecia esa candidez también, siguen apareciendo la fruta roja y negra madura, de manera bastante sutil. No se aprecia, por contra, tanto la madera como otras veces y unos torrefactos que más que un intenso aroma a café, ofrece más lácteos (café con leche) muy suaves.
En boca ataca con cuerpo medio, una acidez moderada y un desarrollo medio en cuanto a longitud en el paladar. Final frutal, más que especiado.
Aún me esperaba que estuviera en conjunto más firme y me ha descolocado el ecncontrarlo tan "manso". Probaremos de nuevo, con otra botella.

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