En un momento sublime.

Tocaba una reunión de amigos, muy interesante. Y dos vinos encima de la mesa: un Sr.Aalto tinto y como blanco, apostamos por este Ossian Verdejo.
Esta primavera pasada, ya había catado la añada 2009 (no era la primera vez), y desde luego que ya lo recordaba muy rico y serio. Una Verdejo de estudio, contemplación y disfrute casi a solas. Apetecía volver a repetir impresión con tan grato blanco y en este caso se presentó la ocasión de beberlo con un tiempo más de vida: este 2008.
Presenta un color amarillo dorado precioso; lucido, luminoso.
La nariz, agita que te agita la copa, nos envuelve y acaricia con sensaciones diversas; casi todas basadas en la crianza y fusión con el roble: notas lácticas (leche de almendras), toques de levadura; cáscara de almendra, más frutos secos... Si nos lo tomamos con calma, algo encontraremos de fruta (algo tropical, fruta blanca como la pera, algún deje cítrico)...
Los herbáceos tan característicos de la variedad, aquí están en segundo plano (o mejor decir tercer plano?). Hierba más seca, menos verde.
En boca se muestra contundente y se hace sentir. Graso; voluminoso. Mantiene un buen nivel de acidez. Y ésto y las sensaciones cítricas a lo largo de la boca, hacen que en esta fase no se muestre tan pesado ni recargado de madera (aunque se nota, no resulta tan llamativa como en la fase olfativa). Postgusto muy largo con recuerdos lácticos y minerales.
Gustó mucho al respetable...y a mí...más.