En pañales

Prometo no consumir este 2008 hasta que no haya acabado con lo poco que me queda del 2005, pasaré al 06 (que compré poco) y así llegar a este vino que, pese apuntar maneras, le queda un largo recorrido por andar.
Color amarillo dorado.
Nariz de buena intensidad con aromas de fruta con hueso, notas de lemongrass, de gruta húmeda, minerales... pese a tener una nariz muy atractiva, echo en falta todo lo que puede dar este vino en cuanto tiene algo más de botella. A quien no le guste encontrar hidrocarburos puede consumirlo ya.
En boca tiene una acidez maravillosa que lo hace perfecto para la guarda. Es amplio, con una cremosidad muy rica, fresco, con las notas minerales apareciendo en el paladar y dejando una sensación "fría".

Dönnhoff es uno de los grandes de Alemania y sus Rieslings son para no perdérselos en ninguna añada.

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