Valió la pena la espera.

Comenté este vino en abril del 2010. Han transcurrido casi dos años y medio y su contenido ha variado mucho.
A la vista permanece con su mismo color rubí y con un, muy incipiente, menisco color teja, buena y densa lágrima que se desliza con mucha lentitud por la copa. Está brillante y limpio.
En nariz está muy frutal, fruta rojas del bosque, arándanos, algo de frambuesa, notas balsámicas, madera bién integrada.
En boca está frutal, equilibrado, tiene elegancia, aterciopelado, mineralidad, algo de pimienta negra, taninos bién integrados, viva acidez, balsámico, vainillas de su madera que sigue siendo muy elegante e integrada, notas balsámicas, con un elegante, suave y largo paso de boca. Es muy largo. Invita a beber. Me da una permanencia en boca de 3,3o minutos. Todavía vivirá unos años. Lleva la botella abierta 24 horas y no encuentro notas de oxidación. Gran vino.

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