Más que femenino, para el que le guste lo femenino.

Si lo que pretende este vino es sacar nuestro lado más femenino no ha hecho otra cosa que sacar el masculino, porque ¿a quién no le interesa una mujer con esta finura y fragancia?.
La imagen de la etiqueta ya te habla de la frescura con ese verde, juvenil aspecto.
El color es pajizo pajizo, lo remarco porque tiene ese amarillo adentrándose en los ocres suaves y de destellos dorados.
Aroma fino, delicado, fragante... con frutas tropicales como el lichi y otras notas cítricas de pomelo. Todo desde un marco muy suave.
En boca noto más la moscatel pese a ser minoritaria, frescura y buena acidez, noto también aquí el pomelo, un punto graso que le da sabrosidad.

Puede ser que esté preconcebido para la mujer, incluso hay publicidad en revistas que así lo refleja, pero esta delicadeza gusta a todos si lo encuadras bien. Para ensaladas, pescados suaves, incluso un picoteo previo a la comida.

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