Bonita presentacion, botella troncoconica con etiqueta sencilla y moderna, con relieve y un corcho muy apropiado para este vino que ganará con el tiempo.

Rojo picota que en su ribete conserva matices violaceos muy bonitos, buen brillo, capa media-alta, y abundante lagrima que tiñe la copa.

Nariz voluminosa desde el inicio donde aparecen desde el principio unas muy nitidas y agradables notas de fruta roja y negra, la primera se pierde un poco pero la segunda nos acompañara hasta bastante despues de tomar el vino, ademas aparecen notas de tinta, torrefactos y un puntito de regaliz.
Al airear en copa y cogiendo temperatura aparecen notas elegantes y nada cargantes que respetan la fruta de cacao, maderas finas, lacteos y una pimienta negra persistente junto con unas leves notas florales y de cascara de limón. Elegante y rica en matices nariz.

En boca se muestra seco y serio, fresco y de excelente acidez tiene una paso muy facil y agradable con tanicidad ya bastante domada pero con un punto leve de astringencia agradable, con buena estructura y bastante redondez se muestra como un vino franco y equilibrado que mantiene en retronasal el equilibrio mostrado en la fase olfativa que agrada mucho, su final es largo y deja la boca muy suave y grato recuerdo.

Espectacular homenaje para Angeles.

Color rojo picota de borde violáceo. Capa media tirando a alta. Lágrima que tinta la copa.
Buena intensidad aromática. Presenta una fruta roja madura con unos toques balsámicos muy buenos. Con la aireación también aparece la fruta negra y toques de pimienta. La madera lo envuelve todo y acompaña muy bien a la fruta.Entrada en boca suave, agradable, pero de buena intensidad, con cuerpo y de taninos dulces. Final largo y un pelín astringente. Es un vino que ya está muy bien para beber, pero que con un añito más va estar aun más redondo. Buena RCP, ya que cuesta sobre los 16 €.

FASE VISUAL:
Una elegante botella troncocónica le da base corporal vestida con una exquisita y sorprendente etiqueta. De cuidado diseño, se permite un toque original con la combinación de naranja sobre negro y a su vez sobre blanco, detalle que convierte en elegante algo que sin él, simplemente hubiera sido fino.
Dentro, el alma … alma que se muestra picota cuando por su edad debería haber sido rubí pero es que esta madre no es una madre al uso, es una madre de aspecto y maneras juveniles pero sin querer quitarse años, simplemente ella es así. Cubre la copa con una película densa y brillante como si quisiera que el cristal nunca la olvidara. Al girar la copa en círculo, una preciosa perla de caramelo gira y gira juguetona y al levantarla, chispas de granadina alegran la vista.

FASE OLFATIVA:
Desde antes de acercarla a mi nariz, sus fragancias trataban de distraerme de la contemplación de su belleza. Cuando ya por fin pude dejarme llevar, una nube de frescura vegetal y floral me envolvió, me llevó de viaje a un mundo de bayas salvajes del bosque, para luego ir disipándose y permitiendo a la pimienta y al clavo crecer, dejando un pequeño hueco para que la vainilla hiciera unos incipientes pinitos. Un aroma balsámico inundaba mis pulmones, permitiéndome una respiración profunda que oxigenaba mi sangre.
Y entonces comencé a oír su voz.

FASE GUSTATIVA:
Primero me echó la bronca, me sorprendió, no lo esperaba con la dulzura de sus aromas, pero así son las madres, si siempre fueran dulces menudos malcriados seríamos. Luego se suavizó, como siempre lo hacen y mimó mi lengua y al chasquearla se abrazó a mi paladar y como yo no quería que se fuera pero se colaba sin remedio por mi garganta dejó un posgusto en mi boca que si bien me mantenía en contacto con ella también me incitaba a seguir buscándola.
Entonces empezó a hablarme y me contó que al igual que ella, no hay asperezas que no lime la buena botella del tiempo, que hay que apartarse, acercarse y volverse a apartar y entonces te das cuenta de que hay fruta donde antes había amargor, que la acidez da juventud intemporal y no malos recuerdos, que los sentimientos negativos te rodean de malos olores y que la generosidad te quita vendas de los ojos.
Y entonces me envolvió la mermelada y todo, todo encajó, todos los elementos se conjuntaron y quise llorar porque me acababa de dar una lección que nunca olvidaría, una lección de madurez envuelta en elegancia, de serena belleza, de tradición milenaria en la que late la más inmediata de las actualidades.
Mi madre volvió a vivir en mí y una vez más, me mostró el camino.

Botella elegante con unos codos que le dan grandeza. Me recuerda a la botella de Hiru 3.

La etiqueta sencilla y moderna siendo agradable a la vista. Unos colores muy bien escogidos para esta. El relieve es la clave.

Tapón de calidad más corto de lo esperado.

De aspecto limpio y opaco, con una capa media/alta. De color picota y ribete violáceo. La lágrima es densa y estrecha, siendo muy elegante.

Los aromas presentan una calidad limpia de duración corta. Esperaba otra intensidad aromática.
De olores encuentro fruta roja madura, frambuesa, cereza, con balsámicos como eucalipto. Notas de madera, tostado y vainilla.

La entrada en boca es atractiva con un paso en boca menos afrutado de lo esperado con unos taninos persistentes. Bien equilibrado. Unos taninos y acidez bien integrados.

Lo encuentro mejor que cuando lo probé en Alimentaria. Para entonces despuntada una acidez nada agradable que ahora encuentro corregida (quizás era la botella).

Bonita botella, la etiqueta transmite seriedad con un toque de modernidad, muy buen corcho.
El color es precioso, rojo picota de capa alta, ribete violaceo, muy brillante.
El aroma es intenso y elegante, aparece mucha y buena fruta roja madura bien ensamblada con los balsámicos de la madera, buen conjunto.
En boca transmite perfectamente lo anteriormente descrito, es un vino suave, elegante pero con fuerza y personalidad. Los taninos están ya pulidos y ligeramente dulces, presenta una buena acidez que lo hace muy fácil de beber, el final es largo y algo amargoso, como comentabamos ayer posiblemente debido a la graciano.
Hoy terminaré la botella y seguro que aún le quedan cosas por decir. Muy buen vino con buena RCP.

Vino muy completo y que me ha recordado tiempos pasados, donde el Rioja era el líder y hacía vinos con mucha calidad, pero además adaptado a los nuevos tiempos que siempre es positivo.

Bonita botella bordalesa con hombros altos. Elaborada grafía en amarillo que expresa sobriedad . Corcho natural de buena densidad. 49 mm muy adecuado al producto.

Fase Visual: rojo picota maduro, granate de doble capa, con bordes ligeramente violáceos en los ribetes, denso, brillante y muy atrayente, la lágrima es densa y recorre muy lentamente la copa, cae con mucha pausa, es glicérico y poco tintante . Expresa volumen .

Fase olfativa : a copa parada desprende unos aromas suaves, con ligero toque de vainilla, pero (y eso es lo mejor) con el paso del tiempo y una buena oxigenación, se va abriendo y expresa mucho -es una bomba aromática de frutas- sus aromas primarios muy bien ensamblados que hace que lo primero sea la fruta y lo segundo la madera, empiezan a salir los torrefactos, las moras, frutos rojos maduros, grosella, arbustos verdes, lácteos ..... pino, eucalipto , especias dulces, clavo. Lo que hace que sea un vino muy redondo en olores.

Fase Gustativa: en el primer ataque en boca, se nota que es un vino muy suave, redondo y que entra muy bien , acidez marcada y ligera, algo astringente , sutil y elegante , mineral, muy frutal de frutos negros y rojos en primavera, y postgusto largo como los buenos vinos. Apetece echárselo de nuevo a la boca.

Podemos resumir diciendo que es un vino para conversar y compartir mesa, muy recomendable, si quieres un Rioja clásico renovado en tu mesa, no lo dudes !Angeles de Amarén!
El momento de consumo lo veo bien en estos momentos , aunque creo que mejorará en los próximos dos años, aunque ahora !impecable!

Lo he maridado con un queso fresco y unas aceitunas aragonesas y un foei de pato que han resaltado las cualidades de este gran caldo riojano. !Felicidades a la Bodega!

Se presenta espectacular, de color picota amoratado, casi opaco, intenso y de capa media-alta. Muy atractivo.

En naríz es muy fragante, complejo, con un protagonismo de la fruta madura entre notas de madera muy bien ensambladas. Notas especiadas muy varietales y equilibradas.

En boca entra suave, sedoso y muy sabroso. Taninos ligeros y con final largo y de nuevo frutal.

Excelente creación.

Ella se fue hace mucho tiempo, cuando tú eras aún una niña, pero jamás se marchó de tu memoria. Ahí dentro, en tu vida de mujer ya adulta, la imaginas trayéndote en sus manos esa botella grande y pesada, de hombros anchos y cintura estrecha y sobria etiqueta blanca donde el ángel que fue revolotea con su propio nombre. Tú nunca bebiste vino en su presencia, eras tan niña entonces, pero ahora en este sueño tuyo ella te lo ofrece, con esa sonrisa de ojos tristes que te trae casi de vuelta las lágrimas que no derramaste cuando se fue. Las contienes aún, no es momento. Sentada a la mesa de madera, en la cocina, esperas a que ella, de pie, te sirva el vino sin dejar de sonreirte. Eres su niña grande, y hoy te ofrece lo que a ti más te gusta, lo que nunca te pudo ofrecer, lo que tú más amas. El vino salta en la copa, cascada concentrada de picotas maduras y amoratadas, de esas que se deshacen en cuando las metes en la boca, igual que aquel color que subía a
su mejilla blanca cuando, cansada, te sentaba en sus rodillas y te contaba un cuento. Coges la copa y, mientras ella no te quita la vista de encima, agitas un poco el vino y aspiras su intenso aroma de fruta negra, como una mermelada de arándanos de esa que ponía por encima de las tartas que tanto te gustaba que te hiciera, el olor de aquellas tiras de regaliz que te compraba los domingos y que tú desenrollabas y aspirabas como si fueran spaghetti negros, leves recuerdos de flores y café tostado, albahaca y una punta de menta. Tu madre se sienta al fin a la mesa, frente a ti, apoya una de sus manos en tu mano libre y la otra en su mejilla, con el codo sobre la tabla, y entonces te anima a beber el vino que ha traído para ti. "Verás que rico, tesoro, sé que te va a gustar". Cierras los ojos sin soltarte de su mano, posas la copa en tus labios y bebes, y entonces el vino fresco, frutal, ligero y sabroso, intensamente aromático cuando se extiende por tu boca, jugando con tu lengua y tu paladar, fresitas pequeñas, frambuesas y moras rojas y negras que se extienden por tu garganta cuando tragas y al fin, al espirar el aire contenido en tus pulmones, un estallido de aromas en el que nada se rebela, un gran equilibrio de suavidad y frescura que te hace suspirar al abrir los ojos, y sonreir. Y entonces, te levantas de tu silla mientras tu madre te sigue con los ojos, rodeas la mesa de madera ante su atenta mirada y te sientas otra vez en sus rodillas, y la abrazas y te dejas abrazar por ella, rodeándoos, y tú le dices, suavemente, cuánto la has echado de menos, y cierras los ojos con el sabor del vino en tu boca y su perfume en tu memoria, y le regalas al fin, en silencio, tus lágrimas de amor por ella.

(Después, mucho después de eso, juntas, dáis buena cuenta de la comida que ha preparado para ti, sus especialidades desde siempre: croquetas de carne picada y cebolla acompañadas con salsa de tomate y cebolla. Deliciosas.)

Cereza oscuro. Bastante cubierto, de capa media-alta. Con ribete que se muestra degradado, pero aún, curiosamente, con irisaciones violeta y algún reflejo anaranjado. Lágrima fina, muy, muy lenta, glicérica... le cuesta volver al mar de la copa, ligeramente tintada. Se nota la densidad, quizás la glicerina, sobre todo en el transcurrir de la lágrima.

Nariz con mucha, mucha fruta roja. Carácter muy primario, muy franco, de fruta roja fresca y madura, de grosellas y moras rojas, con algún recuerdo de fruta negra, con notas frescas de pimienta. Notas florales de violeta. Toquecitos de cítricos, de cáscara de naranja. Balsámico, con recuerdos de regaliz. Con cierto carácter mineral, que recuerda a tierra con mineral de hierro. Muy, muy fresco en nariz. Equilibrado. Comedidamente fragante, muy armonioso. La madera es muy respetuosa con el carácter primario del vino que, en mi opinión, es digno de destacar. Sólo algunas notas cremosas que vienen a reforzar la fruta y a realzar la franqueza del vino. Los tostados son muy comedidos, muy respetuosos con la fruta. Ligerísimos toquecitos de cueros finos y algún apunte de tomillo. La complejidad expresada con elegancia, con pinceladas en las que siempre gana la fruta.

Un vino fresco en boca, con esa frescura que le trasmite la acidez perfectamente integrada de una fruta roja imponente, fragante y madura. Discurre con fluidez, pero con excelente presencia y equilibrio. Sabroso, fresco, con una ligera amargosidad que lo hace más vivo, intenso y vivaz. Taninos muy limados y sedosos. Con buena estructura a la par que fluidez y elegancia. Final de muy buena longitud, dejando recuerdos de fruta roja fresca, apuntes cítricos de piel de naranja, y algo de regalices.

Cata virtual del 20 de Mayo.

Buena presentación en botella, elegante, muy a mi gusto. Buen corcho.

Visual: Rojo picota, capa media, limpio, denso, lágrima tardía.

Olfativa: Frutas rojas, herbáceo, lacteos, regaliz. Tremenda evolución en nariz desde que se abrió hasta dos horas después. El vino necesitaba coger confianza y perder la timidez.

Gustativa: Madera integrada perfectamente, ligeramente afrutado (frutas rojas), buen equilibrio, caliente, postgusto medio.

Mejorará en botella. Un vino muy bien hecho. Buena relación calidad/precio.