Vibrante

Aspecto visual: vino blanco con bonito vestido amarillo palido, límpido y brillante.

Aromas de nariz: nariz franca, llena de emociones, con finura y elegancia, donde predominan los recuerdos frutales, como fruto carnoso de hueso, entre ellas melocoton, toques a manzana amarilla, pera de agua. Tenemos recuerdos a flores blancas, también a cirios. Toques a ceras, incluso a celdillas de panales. En definitiva, una nariz que no da tregua, llena de emociones, te deleitas con ella, un vino que invita a ello.

Aromas de boca: un vino, que como buen riesling aleman no defrauda, entra en boca intenso apabullante, todo en conjunto no hay nada en desfase. Se muestra camaleonico, todo a ritmo, untuoso, frutal, no se queda atras esa maravillosa acidez. Beber un riesling es todo un placer para la boca, siempre me han parecido vinos muy tactiles, la emocion no deja tregua, para un apoteosico final, una resolucion que nos deja sin sentido, como es ese pequeño amargor final, lleno de emotividad.

¿Que más podemos pedir en una noche calurosa de septiembre?

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