Rudeza, singularidad y terruño

Después de año y medio sin probarlo me decidí por incluirlo wn una cata a ciegas.
Los comensales descubrieron que es la potencia en un vino. Y sobretodo, la persistencia.
Quizás, para muchos, excesiva. Otros descubrieron que masticaban tierra.
No es un caldo apto para muchos paladares por su dureza. Es un vino difícil.
Pero creo que esa es su filosofía. Mostrar mineralidad y tierra. Mostrar un tierra difícil y una viña que sufre con la tramontana. Encontraran buenos aromas de tiza, de higuera y de algarroba. Pensé que esta añada se redondearía un poco en botella, pero es que necesita mucha más botella. Necesita paciencia. Necesita tolerancia. Necesita abrir la mente y los sentidos
para que en la copa encuentres un trozo de tierra de l'empordà.

Salvaje.

  1. #1

    José Gabaldón

    Todas las añadas de este vino me parecen soberbias, completamente de acuerdo con tu nota.
    Un saludo.

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