Color cereza oscuro de capa media-alta.

La nariz tras aireación es compleja, la magnífica conjunción de notas frutales, especias y de la crianza forman una paleta aromática sin fin.

En boca es delicioso desde el principio, aterciopelado, elegante, con una excelente acidez que vertebra el vino, gran estructura, con carácter, lleno de matices en el paso, vivo y con un final larguísimo que te deja pensando de nuevo en infinidad de notas.

Aún le queda tiempo pero está muy rico en este momento. De los que te reconcilian con Burdeos cuando llevas una temporada pensando que son caros y difíciles. Excelente.

Con un 80% de cabernets, el vino tiene buena presencia tanica y riqueza. Bouquet impresionante de frutillos del bosque y especias, jengibre y notas tostadas, con un ligero toque mineral, que le concede fondo, una buena dosis de taninos compactos, firmes, densos, en absoluto agresivos, tras ls cuales aparece un primer indicio de una frutosidad increíblemente delicada: uno de los grandes vinos de la añada.

Color picota violáceo.
Aroma de muy buena intensidad a muchos tipos de frutos concentrados y con expresividad, minerales negros, ahumados, torrefactos, toques de flores y vegetales, hierbas, especias y pastelería, buena complejidad.
En boca es sabroso y bastante potente, el paso de boca es gelatinoso, una cualidad que se puede equivocar con la elegancia pero es mucho más pastoso, taninos muy abundantes y potentes, muy buen retronasal y el final bastante largo y con gran persistencia frutal y bastante complejidad.
Mejorará bastante con el tiempo en botella, dentro de 2 o 3 años estará mucho mejor y durará bastantes años.
El corcho un 8,3 el precio penaliza un poco ya que cuesta sobre los 90 €, no obstante compraré 1 o 2 botellas para volverlo a disfrutar dentro de 3 añitos.

Rojo rubí, ribetes rojizos, capa alta.
En nariz y tras cuatro horas de aire se muestra con intensidad, complejo, franco y expresivo. Notas de frutas maduras, algo licorosas, muy especiado con recuerdos de pimienta negra, toques de maderas nobles como cedro o sándalo, ligeros minerales de grafito, algún torrefacto, café en grano, tabaco de pipa, caza de pelo. Muy complejo, elegante y señorial, fiel a su procedencia.
En boca se me ha quedado algo corto. Tiene una buena acidez, mucho cuerpo, es estructurado, con una gran longitud y amplitud, pero le he notado algo tosco en el final, falto de la redondez que uno espera de un gran vino. Taninos todavía faltos de integración. Final especiado y persistente. Seguro que es cuestión de tiempo pero…algo le falta, no sé.
No cabe duda que este château es uno de los más regulares no sólo de Saint-Julien sino de todo el Medoc, pero este tipo de vinos no deben abrirse con menos de 10 años. Así son las cosas. Aún así, con 8 años desde la cosecha creo que debería mostrar mejores maneras y más en un vino de su precio (unos 50 euros). Muy bueno, pero me ha dejado un poco frío.