Guillemot-Michel Mâcon villages "quintaine" 2007

De aspecto límpido, brillante y cristalino, presenta un color amarillo pajizo con reflejos dorados.
A copa parada aparecen los primeros recuerdos de botritys, caracterizados por una más que presente miel; acompañan las reminiscencias de nísperos, fruta de la pasión, mango a la misma vez que me recuerda a un sorbete cítrico que se llamaba “cactus”, su vez evoca vanillas, melocotón en almíbar y alguna nota especiada marcada por el tabaco rubio.
En boca comienza por una entrada abocada, un paso oleico avivado por una acidez equilibrada y un final atenuado, llenando toda la boca de untuosidad al degustarlo.