Si puedo aventurar una conjetura, creo que empiezo a entender el propósito de Rolland al hacer este vino: un caldo 'moderno', de expresion frutal segura y estilo consistente para no decepcionar a audiencias muy demandantes. No tiene nada que ver con el terruño, y ni siquiera con Argentina. Igualmente, tampoco es una expresión del malbec digna de recordar.
Pero el caso es que ayer tenía que comprar un vino que complaciera a unos comensales, que tienen suficiente paladar para desechar vinos muy comerciales, pero que tampoco esperan un caldo muy demandante. Y el vino tenia que acompañar chuletones asados al carbón.
Tuve que elegir esta botella. Y a nadie decepcionó. Nadie (yo tampoco) notó sus ardientes 15° y nadie (yo tampoco) percibió que su carga frutal (arándanos, ciruela negra, algo de confituras) fuera estuviera desbalanceada. Tiene cierta medida de estructura, con paladar medio que no pierde interés --si buen no desarrolla matices--, la crianza está bien integrada, tiene un tanino gentil y maduro y acidez suficiente. El final, muy frutal, no podría ser de otro modo.
Lo que no acabo de entender es por qué tanta polémica alrededor del mismo. Quizá se deba a la desfachatez de este buen señor al escribir en la etiqueta "By Michel Rolland".
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