Algo eléctrico, emocionante. Digamos que mantenía cierta tonalidad rojiza

Algo eléctrico, emocionante. Digamos que mantenía cierta tonalidad rojiza dentro de su media capa ligeramente atejada. En nariz era un rosario de sensaciones diferentes, desde trazas de frutillos negros maduros, hasta aromas de trufas, hojas secas, tierra mojada, ligeros cueros iniciales, madera vieja muy sutil. La boca es deliciosa, elegante, fina, sabrosa, una pelota en tu paladar, donde acidez, alcohol y tanino se funden en una sensación placentera. Muy largo en el postgusto.
Maravilloso vino. Sin añada expresa en etiqueta, por la firma de atrás del Presidente del Consejo se refiere a los años 60.

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